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domingo, 6 de febrero de 2011

todos nos equivocamos


La promesa de buen fútbol que el lirismo de los entrenadores de Nacional y Wanderers prometía en lo previo, fue una realidad bastante más cercana a lo terrenal y más propia de las primeras fechas de cualquier campeonato.

La acumulación de jugadores de buen pie no le aseguró al tricolor una generación de juego confiable y consistente, y la línea de tres defensores del bohemio no fue ingenua y el equipo apostó a replegar a sus carrileros para salir de contragolpe.

La primera opción del partido estuvo en los pies de Robert Flores, en uno de sus escasos aportes ofensivos, obligando a Mauricio Nanni a una gran atajada tras un potente derechazo. El enlace le quitó ritmo al equipo reteniendo demasiado el balón, y cayó en la telaraña de los volantes visitantes, de buen despliegue en el mediocampo.

Luego de ese arranque, jugó mejor Wanderers e incluso pudo abrir la cuenta por medio de sus puntas, tan veloces como irresolutos. A los 20' Javier Cabrera comenzó una buena jugada por derecha, la cruzó para Maximiliano Rodríguez y éste dejó diluir la situación definiendo muy suave.

Poco después de la media hora fue Emiliano Tellechea el que habilitó a Cabrera, y el juvenil cruzó su derechazo desviado cuando quedó mano a mano con Rodrigo Muñoz tras ganarle la espalda a Matías Cabrera, devenido en un lateral adelantado o volante retrasado por izquierda.

A Nacional le costó recuperar el balón, a pesar del incansable trabajo de Facundo Píriz en el mediocampo, quien fue de lo mejor del conjunto albo junto a Horacio Peralta, el máximo generador de juego por la banda zurda.

El Chino estuvo cerca de convertir a los 38' cuando Mauricio Nanni le tapó un remate de cabeza luego de un centro de Santiago García, en lo que fue la situación más clara de Nacional en la primera mitad.

Segundo tiempo: polémica

A los cinco minutos ingresó Bruno Fornaroli por Flores y cambió toda la delantera. Peralta tomó la posición de enlace, el Morro quedó de puntero derecho, Porta pasó de la derecha a la izquierda y el recién ingresado bien de nueve.

A pesar de la cantidad de delanteros en cancha, no fue un atacante albo quien abrió la cuenta. A los 18', Mauricio Pereyra tiró al suelo a Maximiliano Rodríguez en una infracción que era merecedora de su segunda amonestación, pero el árbitro Rafael Orfila la omitió y posibilitó un contragolpe que terminó en la red, tras centro bajo de García buscando a Porta y toque desafortunado de Matías Quagliotti hacia su propio arco.

Los futbolistas bohemios protestaron (con razón) de forma enérgica, rodeando al árbitro e incluso llegaron a empujarlo, pero por esto sólo hubo una amonestación.

Tan clara fue la infracción de Pereyra y tan caldeado quedó el partido, que Juan Ramón quitó del campo de juego a su discípulo predilecto y le dio ingreso a Flavio Córdoba, armando una línea de cuatro donde el colombiano fue lateral zurdo.

Fornaroli estuvo cerca de aumentar la ventaja a los 37' después de guapear en el área y definir apenas afuera, y a un minuto del final se hizo justicia con el trámite del encuentro y empató el bohemio. Tras un tiro libre en la barrera de Rodríguez, Emiliano Tellechea levantó un centro y Quagliotti en posición más que dudosa cabeceó de espalda ante la mirada de los corpulentos Lembo, Coates y Córdoba.

El partido se moría, pero antes era necesaria otra polémica. Cuando corrían cinco minutos y medio de los cinco que adicionó Orfila, Peralta remató al arco y el balón que despejó Quagliotti pegó inmediatamente en su brazo, pero el juez no juzgó la mano como intencional y el encuentro terminó 1-1, con saber agridulce para todos.

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