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jueves, 20 de enero de 2011
por el lugar que pelearon
Las 270 familias que ocuparon un terreno en Nuevo Capra lo entregaron anoche, a cambio de la liberación de 18 hombres detenidos por orden del juez Ricardo Míguez. El predio será devuelto hoy a su propietario y el Mvotma atenderá a las familias. Luego de tres días de ocupación y tras una extensa negociación que incluyó la detención judicial y liberación posterior de 18 hombres, el predio de Nuevo Capra ubicado entre Paso de La Española y Camino del Águila será devuelto a su propietario.
A las 9 horas de hoy, los hasta ayer ocupantes se reunirán en la entrada del predio en asamblea junto a un integrante de la Junta Departamental para trazar los pasos a seguir en una negociación futura con el Ministerio de Vivienda (Mvotma). Desde el gobierno se asumió el compromiso de atender los casos en grupos de a veinte familias, con prioridad para mujeres jefas de hogar.
El subcomisario de la Seccional 18ª, Ricardo Márquez, junto a uno de los hombres presos, fue el encargado de convencer anoche a las 270 familias que ocuparon el terreno para que lo devolvieran, a cambio de su compromiso de hablar con el juez Míguez para que liberara a los detenidos. “Las fuerzas de choque no distinguen. Si entran, va a haber sangre”, advirtió el abogado Gustavo Salle, representante de los ocupantes.
A las 22 horas, custodiados por efectivos de las fuerzas de choque, las pocas carpas instaladas en el lugar comenzaron a ser desmontadas y minutos más tarde, el juez ordenó dejar libres a los 18 hombres que habían sido acusados del delito de “usurpación”, según dijo a Ultimas Noticias el jefe de la seccional, comisario Núñez. Sin embargo, dichas personas deberán presentarse hoy a las 8.30 horas ante el magistrado para declarar en la causa.
La solución a la que se arribó anoche fue precedida de una jornada caracterizada por las críticas al sistema judicial y los cuestionamientos al gobierno, arengados por Salle.
“¿Dónde están hoy los políticos que ayer nos pidieron nuestro voto? ¿En sus casas? El derechos a la vivienda es un derecho humano”. Ambas preguntas, escritas en amarillo sobre fondo rojo, ondeaban en la bandera que colgaron del alambrado. A su lado, en otro cartel redondearon la idea: “Ediles, concejales, alcalde, ¿dónde están?”.
“¡Les dimos el voto y ahora no vienen!”, “¿Adónde están las viviendas que prometieron?”, “¡Multiplican la indigencia!” fueron los reproches que se escucharon a lo largo de la tarde.
Los ocupantes habían dividido el terreno con hilos blancos para adjudicar un predio a cada familia. Entre los hilos, sobre un piso de tierra donde todavía permanecían algunas chircas quemadas, vestigios del incendio del sábado pasado, apenas se veían algunas carpas. La mayoría se había acomodado con algunas tablas, chapas y nylon. En algunas zonas había solo un colchón. O nada.
Los adultos, angustiados, conversaban en grupos. Los niños, ennegrecidos de tizne y tierra, jugaban entre las chircas, por donde se paseaban varios perros y dos cabras. Cerca del alambrado, bajo dos chapas que formaban una especie de carpa, una madre compartía el mate con cuatro niños.
Sobre las 16.30 les llegó la orden del juez de desalojar y la propuesta del Mvotma, que se concretaría horas más tarde. En principio, rechazaron el planteo y aseguraron que se quedarían. En plena asamblea una madre gritó: “¡Después no quieren indigencia! No puedo comprarle un libro a mi hija. No tengo un techo ni comida para llenarle la panza. ¿Cómo puedo pedirle que estudie?”.
A las 17 horas, como estaba previsto, llegó un móvil de la Seccional 18ª encabezado por el comisario Núñez y el subcomisario Márquez. Las mujeres se sentaron en el piso con los niños. Algunas amamantaban. “El juez pide que traslademos a veinte personas del sexo masculino a la Comisaría. Una vez allí, se va a comunicar. No están detenidos. Es para conversar”, explicaron los oficiales.
Algunos hombres comenzaron a acercarse a las camionetas policiales pero aunque había 270 familias, los voluntarios no llegaron a veinte. “¿Dónde están los hombres?”, empezaron a gritar algunas mujeres y algunas se ofrecieron a ir. “Quieren jefes de hogar. Yo soy mujer pero soy jefa de hogar. Estoy sola peleando por una vivienda para criar a mis hijos. ¿Por qué no puedo ir?”, reclamó una mujer joven al subcomisario Márquez. “El juez pidió que sean hombres, señora”, fue la respuesta.
Los 18 voluntarios fueron despedidos con vítores por los que quedaban. Algunos niños empezaron a llorar. “¿Adónde se lo llevan a papá?”, preguntó un niño que apenas hablaba. “Fue a hacer un mandado. Vuelve en una hora. Vamos a jugar”, fue la respuesta de la madre, que se lo llevó en brazos.
Sin novedades de la Comisaría, al caer la tarde dos hombres se ofrecieron a ir hasta la seccional para averiguar. Volvieron con la noticia de que habían quedado detenidos. Casi de inmediato llegó Salle, quien volvió a criticar al gobierno y sugirió presentar un escrito donde todos los ocupantes se hicieran responsables y pidieran al juez ser tratados igual a los 18 detenidos.
En ese momento volvió la Policía con la orden de detener a otras 22 personas. “El juez pide que sean 40. Tenemos que llevarlos”, manifestó el oficial. Los ocupantes pidieron tiempo para tratarlo y prometieron que se presentarían en la seccional una hora y media más tarde.
“Vengan los que quieran. Yo los espero”, fue la respuesta. Tras un apretón de manos, los policías se fueron pero la asamblea decidió que nadie concurriría. “Nos mintieron porque somos pobres. Nos van a tener que sacar. Nos vamos a sentar con los chiquilines adelante y los hombres atrás. Que entren si quieren que nos vayamos”, argumentó una mujer. Sin embargo, horas más tarde y tras una extensa negociación, el predio fue desalojado.
CRÍTICA A LA JUSTICIA POR “CLASISTA”
El abogado Gustavo Salle, quien patrocinó a los ocupantes del predio de Nuevo Capra, lamentó la actitud “clasista” de la Justicia y criticó al gobierno y al sistema político cada vez que se reunió con sus patrocinados. “La Justicia es muy expeditiva cuando se trata de penalizar a esta gente pero cuando los denunciados son legisladores, integrantes del gobierno, secretarios de la Presidencia o el propio presidente, toman con mucha parsimonia el tema. Cuando hay poder hay varias bibliotecas, pero cuando la gente es de abajo vienen con la intimidación. La Justicia uruguaya tiene un doble discurso. Esto es lucha de clases”, manifestó.
Señaló que en diversos foros de discusión en internet le reclamaron que, si tenía interés en los pobres, los llevara a su casa. “Confieso que soy un traidor de clase porque yo no soy pobre. No tengo problema en llevarme a uno de ustedes a mi casa, aunque mi mujer me mata. Pero si yo me llevo a uno, que el presidente José Mujica se lleve a otros a Anchorena, o a la residencia de Suárez y que cada ministro se lleve a uno”, sugirió entre los aplausos de la gente.
Además reclamó a Mujica “los palos y las chapas que fue a buscar a Brasil” y pidió que el sistema político tenga “sensibilidad y empatía” y “se ponga en los zapatos del otro”. Recordó que el gobierno maneja el tema de la vivienda “como mascarón de proa” y exigió “soluciones sin burocracia.
No puedo creer que el gobierno tenga millones para pagarles a los organismos de crédito internacional y no tengan para solucionar este tipo de emergencia. Esta es una bella oportunidad para que el presidente demuestre que es verdad lo que promueve”.
Respecto a la convocatoria inicial del juez Ricardo Míguez a veinte ocupantes que después fueron detenidos, estableció que “si hay un delito, tendrán que ir los 270 responsables a los campos de concentración que son las cárceles uruguayas”.
RECHAZO DE VECINOS POR INSTALACIÓN DE ASENTAMIENTO
Varios vecinos de la zona de Nuevo Capra manifestaron su rechazo ante la ocupación de un predio por parte de 270 familias y argumentaron que gran parte de ellas tienen donde vivir. "Son gente de esta zona. Tienen casas. Ocupan para tener algo más", manifestó un vecino a Ultimas Noticias. Otro agregó que comprendía la situación pero "hay que respetar la propiedad privada. Si no, con ese criterio mañana se meten en mi casa y los tengo que dejar".Los propios ocupantes reconocieron que varios tienen donde vivir pero sin espacio suficiente. Algunos dijeron estar allí para tener un terreno para sus hijos, porque viven en espacios reducidos con las parejas de estos y sus nietos. Sin embargo, la mayoría eran mujeres solas con niños y lamentaron que "el desalojo lo pidieron los vecinos. Ni siquiera fue el dueño".Más allá de las protestas de los habitantes del barrio, la decisión de ocupar era tan fuerte ayer que cuando algunos comenzaron a abandonar el predio por temor a la represión policial, otras familias entraron para ocupar su lugar. "Lo que pasa es que tenemos lista de espera. Hay tanta gente que precisa, que vienen más", explicó una mujer a Ultimas Noticias.
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