apture
viernes, 2 de julio de 2010
no no no se detiene
Todavía estoy temblando. Los dedos se me mueven mientras intento escribir lo que vi. Mi cuerpo está tenso, mis músculos agarrotados y mi voz quebrada. Mientras trato de poner algo coherente, a mi costado llora gente de todas las edades, se abrazan padres e hijos, nietos y abuelos, mujeres y hombres. En el partido más dramático que recuerde la historia reciente del fútbol uruguayo, la Celeste sacó fuerzas de algún lado y tuvo la liga necesaria para clasificar a semifinales.
En un extenuante partido que incluyó alargue, penales y situaciones extremas como la mano de Suárez que le dio la posibilidad en el último segundo de juego a Ghana de marcar el 2 a 1.
El partido lo arrancó mejor Uruguay con un buen trabajo de Edinson Cavani y Jorge Fucile por izquierda. Por ahí insistió y por el otro costado intentó sorprender con el Flaco Fernández.
La idea generó algunas complicaciones para los ghaneses que, dio la sensación, no esperaban esa disposición táctica uruguaya. Un par de tiros de Suárez y un cabezazo en contra que tapó Kingson fueron lo mejor en ese período.
Uruguay tuvo la pelota y el partido se jugó lejos del arco de Muslera.
Pero el partido cambió sobre los 20 minutos. Ghana empezó a controlar la pelota, a soltar los laterales y a insistir por el lado de Fucile. El lateral vio la amarilla y quedó condicionado por lo que la apuesta se hizo todavía más evidente.
Por ahí Boateng metió tremenda corrida pero Gyan tiró afuera. Fue un aviso de lo que vendría.
Uruguay perdió definitivamente la pelota y Ghana comenzó a inquietar con velocidad. Boateng lanzó a Gyan y Muntari comenzó a jugar por todo el ataque.
Para peor, Lugano se sintió y debió abandonar el campo. Por él ingresó Scott que cuando se estaba acomodando recibió un centro a sus espaldas que desaprovechó Boateng quien intentó una definición de chilena cuando tenía todo para definir de cabeza.
En la última jugada del primer tiempo, Muntari recibió a 35 metros del arco, le pegó contra el palo izquierdo de Muslera y marcó el 1 a 0 incuestionable porque el período de dominio de Ghana fue más prolongado y tuvo más profundidad que el de Uruguay.
El segundo tiempo era todo un desafío. Era la primera vez que la Celeste estaba abajo en la Copa del Mundo y había que ver cómo respondía. Y lo hizo con categoría, con esa muestra de pasión y talento de una selección que quedará en el recuerdo. Forlán lo empató con un tiro libre fuerte al palo del golero.
El empate vino muy bien porque Uruguay no llegó a desesperarse por el gol. No hubo tiempo porque la igualdad llegó a los 10 minutos. Después del 1 a 1, el equipo de Tabárez manejó bien el partido y pudo aumentar. Suárez tuvo dos claras pero no las pudo concretar.
Entonces el partido se hizo un pandemonium. Cada ataque era un infierno. La pelota pasaba poco por el medio porque el Ruso y Egidio tenían amarilla y no podían afirmarse demasiado.
Así llegaron a un alargue desgastante y con pocas situaciones. En la última jugada llegó el cabezazo de un ghanés, la mano de Suárez que evitó el gol y se fue expulsado pero que le dio una vida más a un equipo que se parece a los gatos. Estaba perdido en la Eliminatorias contra Ecuador en la altura y sacó fuerzas para darlo vuelta. Estuvo a punto de morir en el repechaje cuando Costa Rica se proyectó por la punta y paralizó al Estadio pero se salvó. Y ahora volvió a estar en el horno pero apenas salió dorado. Gyan remató fuerte y el palo que según Muslera es “su amigo” más que amigo fue su hermano.
En los penales hubo de todo. Muslera fue gigante, Abreu demostró que es un loco muy cuerdo y Tabárez y sus jugadores llegaron a donde ellos y solo ellos merecen estar.
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