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domingo, 13 de septiembre de 2009

la version comunista para barack obama


Miles de personas se manifestaron el sábado en Washington contra el presidente Barack Obama, a quien acusaron de aumentar en exceso el gasto y la presencia del Estado. Las críticas al proyecto de reforma de la sanidad dominaron en las pancartas de una multitud que se extendía desde la Casa Blanca hasta el Capitolio, sede del Congreso.

"El aborto no es cuidado de salud", decía una pancarta. "Ya tuvimos suficiente con el socialismo de la URSS", proclamaba el cartel de un estadounidense originario de Ucrania. La manifestación fue organizada por Freedomworks, un movimiento que reclama la baja de impuestos, menos presencia del Estado y más libertad económica.

Miles de personas respondieron a la convocatoria, aunque la policía no proporcionó cifras exactas. Los organizadores habían anunciado a comienzos de semana que esperaban atraer de 20.000 a 30.000 personas de todo el país a la protesta, apoyada por destacados conservadores como Dick Armey, ex líder de la mayoría de la Cámara de Representantes.

Holly and Nick Bikakis llegaron de California para la marcha. "A nosotros no nos conviene estar acá, nos cuesta dinero que hubiéramos preferido no gastar, pero lo sentíamos con tanta fuerza que decidimos venir a cualquier precio", dijo Nick a la AFP. La pareja estaba entre los muchos que enarbolaban carteles que decían: "Usted miente", las palabras que el legislador republicano Joe Wilson le gritó a Obama durante el discurso del presidente sobre la reforma del sistema de salud ante el Congreso.

Antes, en un discurso ante 15.000 personas en la ciudad de Minneapolis y frente a las cámaras de televisión, un enérgico Obama se enfrentó a las críticas a su programa de reforma advirtiendo de que cualquier estadounidense puede perder su cobertura médica si se mantiene el sistema actual. El mandatario centró su mensaje en la clase media que desde hace semanas asiste al aluvión de críticas de la oposición a la reforma.

Obama citó datos del Departamento del Tesoro que muestran que casi la mitad de los estadounidenses menores de 65 años perderán en algún grado su cobertura médica en los próximos diez años, de los que más de un tercio se quedará sin seguro en un año. "No se trata de gente pobre, es gente de la clase media estadounidense", advirtió. "En otras palabras, le puede pasar a cualquiera".

Enfrentado a feroces ataques de la oposición, Obama ha redoblado sus esfuerzos para la aprobación en noviembre del mayor cambio del sistema de salud estadounidense en décadas. En su programa semanal de radio el sábado, el presidente estadounidense urgió a los legisladores a actuar sin demora "Hemos mantenido un debate prolongado e importante, pero ahora es la hora de la acción", dijo el mandatario, "porque cada día que esperamos, más estadounidenses perderán su seguro de salud, sus negocios y sus hogares, pero también los sueños por los que han luchado y la paz de espíritu que merecen", afirmó.

El presidente quiere que el Congreso apruebe sus propuestas de reforma del sistema de salud antes de fin de año, para cumplir una de las promesas clave de su campaña: dotar de atención sanitaria a los 47 millones de estadounidenses, alrededor del 15% de la población, que no tienen ninguna cobertura médica.

Obama aboga por una opción de seguro estatal como elemento clave de su plan, pero sus propuestas han sido duramente criticadas por los republicanos. El presidente también confía en recortar a la mitad los gastos de salud que, si no son contenidos, consumirían hasta la quinta parte del Producto Interior Bruto en 2013, según previsiones de expertos.

Pero Obama ha tropezado con la resistencia no sólo de los republicanos sino también de algunos miembros de su propio partido, preocupados por el costo de la reforma. Al hablar el miércoles en una inusual sesión conjunta del Congreso, Obama pidió acción para ahora mismo, alegando que el sistema de salud del país ha quedado reducido al límite.

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