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El presidente de Nicaragua Daniel Ortega se apresta a iniciar su tercer mandato, el segundo consecutivo, con los desafíos de enfrentar la pobreza y levantar la economía del país.
El presidente nicaragüense Daniel Ortega inicia el martes su tercera presidencia, segunda consecutiva, con la asignatura pendiente de la pobreza y una economía que no termina de despegar.
Pese a que Nicaragua, en los cinco años de gestión del ex guerrillero, logró estabilidad económica, rompió récord en exportaciones e inversión extranjera y tasas de crecimiento entre tres y cuatro por ciento, todavía es "insuficiente" para superar los rezagos sociales, según economistas y el propio gobierno.
La Fundación para el Desarrollo Económico y Social (FUNIDES) estima que para combatir la pobreza Nicaragua necesita crecer de forma sostenida al 6 ó 7 por ciento durante los próximos 20 años, meta muy ambiciosa en épocas de bonanza, mucho más en un escenario de crisis internacional como el actual.
La economía nicaragüense es la más débil de Centroamérica, con una producción agrícola tradicional, muy dependiente de la ayuda externa, un PIB per cápita de apenas 1.200 dólares y una deuda exterior de casi 3.900 millones de dólares, según cifras oficiales de 2010.
El 45 por ciento de los 5,8 millones de habitantes están afectados por la pobreza y un enorme ejercito estimado en un 53 por ciento de la población con capacidad de trabajar no tiene empleo o se dedica a actividades informales poco remuneradas para sobrevivir.
El regreso de Ortega al poder en 2007 había despertado el temor empresario de que se descarrilara la economía, pero Ortega se comprometió a mantener la estabilidad económica, lo que al final de su mandato ha sido reconocido por organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
De forma paralela Ortega impulsó planes sociales y de subsidio para sectores pobres, como el emblemático "Hambre Cero" en zonas rurales. Ante las críticas de adversarios por la persistencia de la pobreza, Ortega respondió simplemente que la mejoría no se nota debido a lo gigantesco del rezago social.
El gobierno, sin embargo, insiste en sus logros. Entre 2007 y 2011 "se crearon las condiciones y las bases para impulsar con más fuerza el desarrollo del país", dijo al portal oficial El 19 Digital el viceministro de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta.
Recordó que lo primero que hizo Ortega fue restablecer el sistema energético, que estaba en colapso traducido en apagones de varias horas diarias y afectaba seriamente la economía, por no hablar de la vida cotidiana de la población.
Ahora el sandinismo afirma que su prioridad será poner en marcha una estrategia educativa como medio de desarrollo porque sin acceso a la tecnología, la educación y conocimiento para transformar la economía, un país no puede ser competitivo.
Gracias al resultado aplastante de las elecciones, Ortega (66 años) gobernará con poderes absolutos al contar con mayoría propia en el parlamento y sus promesas de abtenerse de "provocar cambios dramáticos" no han logrado aplacar las dudas de muchos sectores.
"Si Ortega quiere hacer las cosas bien, ahora tiene capacidad política e institucional para hacerlo", dijo a la AFP el ex viceministro de Finanzas, René Vallecillo.
Pero el gobierno deberá atender asuntos pendientes que no se hicieron en 2011 por ser un año electoral, tales como realizar una reforma tributaria, cambios en la seguridad social y focalizar el subsidio a la energía.
Estas medidas demandadas por organismos internacionales de crédito, "al final van a golpear el bolsillo de los sectores populares y pueden crear conflictos sociales", manifestó Vallecillo.
El sociólogo y economista, Oscar René Vargas consideró que todas las transformaciones para el desarrollo que se plantee Ortega "las puede hacer" si sigue contando con la cooperación petrolera de Venezuela.
No obstante, señaló que el nuevo gobierno comenzará "en una situación compleja" por la crisis económica internacional que se avizora a la que Nicaragua no es ajena.
(Fuente: AFP)
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