
Anthony Sowell, un asesino en serie que conservó durante más de dos años los cuerpos en descomposición de 11 mujeres cerca de su casa en Ohio, en el norte de Estados Unidos, fue condenado a muerte este viernes.
El juez Dick Ambrose confirmó el viernes la sentencia al ex infante de marina estadounidense -que ya estuvo preso por violación-, dos días después de que un jurado fallara a favor de la pena capital. "El tribunal no toma en cuenta la expresión de remordimiento del acusado", dijo el juez Ambrose al pronunciar la sentencia.
Sowell, de 51 años, permaneció sentado con los ojos cerrados y en silencio mientras dos mujeres que había violado, pero no matado, y familiares de las víctimas escuchaban el fallo.
"Usted va a ir al infierno por sus actos", exclamó Donnita Carmichael, hija de Tonia Carmichael, una de las víctimas de Sowell.
Sowell mató casi exclusivamente a mujeres negras y pobres, que vivían al margen de la sociedad. Sus desapariciones no siempre fueron denunciadas a las autoridades inmediatamente.
El macabro caso descubierto el 29 de octubre de 2009 planteó muchas preguntas sobre la responsabilidad de la policía, criticada por ignorar las peticiones de ayuda que podrían haber salvado la vida de seis de sus víctimas.
Después de varios testimonios sin seguimiento, la policía finalmente decidió registrar la casa de Sowell cuando una mujer les dijo que en septiembre de 2009 el hombre la había violado e intentado estrangularla.
Un olor insoportable llevó a la policía hasta dos cuerpos en descomposición en una cama en el segundo piso. Sowell había dicho que el hedor se debía a una fábrica de embutidos cercana.
Después de semanas de rastrillar el lugar, se hallaron ocho cuerpos en la casa y el jardín, y un cráneo dentro de un cubo.
Anthony Sowell fue detenido mientras caminaba por la calle.
Sowell se había trasladado a Cleveland después de dejar la Infantería de Marina en 1985. Cinco años más tarde fue declarado culpable de violación agravada de una mujer embarazada. Al salir de la cárcel en 2005, regresó a vivir en su antigua casa, con su novia.
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