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sábado, 6 de agosto de 2011

en la avenida báltica


Los acreedores de Estados Unidos reaccionaron con prudencia a la degradación sin precedentes de la nota de la deuda estadounidense, con la excepción de la agencia oficial de China, principal acreedor de Washington, que le exhortó a dejar de gastar más de lo que gana.
La nota del crédito estadounidense fue degradada por primera vez en su historia el viernes cuando la agencia Standard & Poor's (SP) la bajó de "AAA" a "AA+", argumentando la creciente deuda, el pesado déficit presupuestario y carencias en la planificación de políticas.

China reaccionó con fuerza estimando que SP no hizo más que confirmar una "horrible verdad".

Pekín, que en mayo acumulaba 1,16 billones de dólares en bonos del Tesoro estadounidense, "tiene todo el derecho de exigir a Estados Unidos que resuelva su problema estructural de deuda", afirmó el sábado la agencia oficial China Nueva (Xinhua). Recordó que la agencia de calificación china Dagong ya había bajado el miércoles la nota de deuda estadounidense.

En un punzante comentario, Xinhua afirmó que Washington "debe darse cuenta de que las buenas épocas en las que podía pedir prestado para resolver los problemas que ellos mismos crearon quedaron en el pasado".

Según esta agencia, "para sanear su dependencia de la deuda, Estados Unidos debe restablecer el principio de sensatez según el cual hay que vivir de acuerdo con sus ingresos". Los demás países reaccionaron con mayor moderación.

Francia aseguró tener "total confianza en la solidez de la economía estadounidense", según su ministro de Economía, François Baroin.

Sin embargo, "los ministros de Finanzas del G7 están en contacto permanente para vigilar la situación de los mercados y discutir las acciones necesarias", agregó.

Por su parte, el ministro británico de Comercio, Vince Cable, consideró "completamente previsible" la degradación de la calificación tras la batalla en el Congreso estadounidense "hace unas semanas".

"Pero ahora han llegado a un acuerdo y la situación de Estados Unidos es bastante sólida", añadió. Un portavoz del gobierno alemán contactado por la AFP se negó a reaccionar.

"No comentamos las notas de las diferentes agencias de calificación. Sin embargo, está claro que la competitividad económica de otros Estados también es un tema importante para nosotros", declaró por su parte el ministro de Economía, Philipp R�sler, al diario dominical Bild am Sonntag.

Japón, segundo acreedor de Estados Unidos, aseguró que su política de compra de obligaciones estadounidenses permanecerá sin cambios a pesar de la rebaja de la nota.

"La confianza que tenemos en los bonos del Tesoro estadounidense y su atractivo como inversión no cambian a pesar de esta medida", declaró un responsable japonés a Dow Jones.

Japón, que intenta frenar por todos los medios el encarecimiento del yen con respecto al dólar, no tiene ningún interés en vender sus activos en dólares por el momento, ya que eso reforzaría al yen.

En Corea del Sur, altos responsables del ministerio de Finanzas mantuvieron una reunión de urgencia para analizar las consecuencias de la rebaja de la nota. Pero el gobierno advirtió contra toda reacción excesiva.

La primera ministra australiana, Julia Gillard, también pidió calma a los mercados. "Al mismo tiempo, las otras dos grandes agencias, Moody's y Fitch, continúan otorgando la nota AAA. Por lo tanto pienso que la gente debe tener en consideración la totalidad de los hechos", declaró.

El anuncio de S&P se produjo cuando los mercados ya estaban cerrados por el fin de semana al cabo de una tumultuosa semana bursátil.

La mayoría de los índices de las bolsas del mundo cayeron con fuerza el jueves y el viernes debido a los temores de una nueva recesión en Estados Unidos y al riesgo de contagio de la crisis de la deuda en la zona euro.

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