El Frente Amplio (FA) pasó el caso del senador Jorge Saravia al Tribunal de Conducta Política (TCP) para que analice su negativa a acompañar el proyecto interpretativo de la ley de Caducidad. Cuatro sectores y las bases presentaron la solicitud por escrito.El Partido por la Victoria del Pueblo, la Corriente de Izquierda, el Partido de la Seguridad Social y el Movimiento 20 de Mayo junto a las bases presentaron ayer una solicitud escrita al presidente del FA, Jorge Brovetto, para que pase el caso Saravia al TCP. "Se trata de una cuestión de trámite. Alcanza con que una coordinadora o departamental pida el pase de un caso al tribunal para que se adopte la resolución. Este tema no fue debatido por la Mesa Política, que tampoco lo tomará después, porque irá directo al Plenario Nacional", explicó Brovetto anoche a Ultimas Noticias.
De esa manera, la coalición de izquierda cumplió con la formalidad de pedir un análisis del TCP sin debatir el tema en la Mesa, donde la mayoría pretende mantener un "bajo perfil" sobre el caso.
La negativa de Saravia a acompañar la ley interpretativa, que en diciembre pasado motivó el fracaso del primer proyecto de la izquierda sobre el tema, derivará en una sanción que puede ir desde la simple observación hasta la expulsión del FA. Sin embargo, no hay interés en convertir al legislador en un "mártir".
Fuentes del FA señalaron que el tribunal se tomará "un mínimo de tres meses" para analizar el tema, lo que permitirá un "enfriamiento" que reducirá el impacto de la resolución. Por otra parte, no se espera que la resolución final sea demasiado dura, más allá de las críticas, dado que el Plenario también tiene pendiente decidir sobre la actitud del secretario general del Partido Comunista (PCU), Eduardo Lorier y la diputada Alicia Pintos, quienes votaron en contra de la Ley de Educación.
Si bien en primera instancia se consideró que Saravia había cometido una falta mayor, porque su voto era decisivo para aprobar el proyecto interpretativo, después el FA logró obtener los votos que le faltaban en el Senado, por lo que su negativa lo colocó en una situación similar a la de Lorier y Pintos.
Por otra parte, Saravia no es "orgánico", lo que implica que no participa de ninguno de los organismos de decisión de la coalición de izquierda y no se siente obligado más allá de los acuerdos interpartidarios.
En los últimos meses incluso dejó de participar de las reuniones de bancada, en un proceso de distanciamiento que comenzó por el Movimiento de Participación Popular (MPP) y continuó con el resto de la izquierda, donde se afirma que el senador "se corta solo".
Decidido a permanecer en su banca y tentado desde filas del Partido Nacional para retornar a sus orígenes, el legislador trabaja en la elaboración de proyectos que son criticados por el resto del oficialismo y ha votado en forma separada en temas como la Caducidad.
En los próximos días presentará al presidente José Mujica un proyecto para que los militares puedan ingresar a las "zonas rojas" a efectuar controles y otro para que los menores puedan ser recluidos en cuarteles como medida provisoria mientras se construye el Instituto Nacional de Rehabilitación.
En ninguno de los casos cuenta con el apoyo del Frente Amplio, cuyos legisladores lo consideran fuera de la fuerza política pero reconocen que su expulsión no resulta la solución más probable.
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