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lunes, 14 de marzo de 2011
creo que hay darle seguro en vez de propina
El Sanatorio del Banco de Seguros del Estado (BSE) detectó un cambio en la siniestralidad del trabajo. Aumentaron los accidentes de trabajadores que realizan entregas en moto: entre 4 y 5 internados por día. Por otra parte, la forestación superó a la construcción en lesionados graves. Entre cuatro y cinco motociclistas, dedicados a tareas de delivery -o sea el traslado a domicilio de comida desde los restaurantes- ingresan por día al sanatorio del Banco de Seguros del Estado (BSE). “Venimos asistiendo a un cambio en las actividades que generan más siniestralidad”, indicó a Ultimas Noticias el director de la División Central de Servicios Médicos, doctor Rodolfo Vázquez.
“Un tipo de accidente que se viene dando mucho y no se lo tiene en cuenta por parte del sistema de salud porque los asiste el BSE, el protagonizado por los deliverys”, indicó Vázquez. “Tenemos una epidemia, con una media de entre 4 y 5 accidentados por día internados en el sanatorio con fracturas y lesiones”, agregó.
“Estos números muestras el grado de siniestralidad de estos trabajadores”, añadió.
En este marco el director de Tránsito de la Intendencia de Montevideo, Hugo Bosca, indicó a Ultimas Noticias que la comuna está preparando una reglamentación para ordenar la actividad de los deliverys. “Tratando de incluirlos en el tema y no excluyéndolos del tránsito”, indicó el jerarca.
Dentro de este programa se incluirán temas de educación en la calle, pero también se trata de mejorar las condiciones laborales, según explicó Bosca. “Es un proyecto que todavía está muy verde”, aclaró.
Por otra parte, el BSE no maneja datos desglosados de este tipo de accidentes actualizados. Los últimos números datan de 2008 e indican que los siniestros con fallecimiento de la parte de “servicios”, donde están los deliverys, son el 13% del total, donde el 38% de los siniestros son de personas que no tienen seis meses de experiencia en el trabajo y ocho de cada diez son hombres.
Para evitar los siniestros, “ya no se los nombra como accidentes porque en su gran mayoría son prevenibles y son ocasionados por errores humanos”, acotó Vázquez y señaló que el BSE trabaja en la prevención de los mismos. Como ejemplo del trabajo que se puede realizar, el médico citó a grandes industrias con miles de funcionarios en actividades de riesgo, como es el caso de Botnia, que en su momento llegó a tener 3.000 personas trabajando sin sufrir grandes inconvenientes.
En este marco ya están trabajando con Montes del Plata en Colonia, “planificando ese proceso, donde está previsto que en dos años tengan una media de 3.000 trabajadores y picos con 9.000 funcionarios”, explicó Vázquez.
Para evitar los siniestros el jerarca explicó que el BSE trabaja constantemente en prevención, tarea que se evidencia en los números generales donde la tasa de siniestralidad en Uruguay (accidentes de trabajo y enfermedades profesionales) es de 35 por mil trabajadores, mientras en la región es 147 por mil y en los países desarrollados 25 por mil.
Por otra parte el jerarca explicó que las actividades como la construcción son de “alta siniestralidad”, así como las tareas rurales. Pero dentro de este último sector se destaca en los últimos años un aumento de los siniestros en la forestación, con accidentes de gravedad que requieren varios días de internación en los Centros de Tratamiento Intensivo (CTI).
Un dato que se destaca es que año tras año aumenta la cobertura del Banco de los siniestros que ocurren en el interior del país. “Todos los años baja un punto en Montevideo (41% en 2010) y sube en el resto (59%), esto es producto de la forestación”, afirmó Vázquez.
El año pasado se realizaron 1.741 intervenciones quirúrgicas (cirugía traumatológica de alta complejidad, cirugía reparadora, cirugía general), de las cuales el 30% son de urgencias. De los 50.000 siniestros anuales requieren CTI unos 100 pacientes con un promedio de estadía de 8 días.
“CANSADOR” Y “ESTRESANTE”
Para los deliverys no hay control en la calle, y denuncian que “dan libreta a cualquiera”. Algunos reconocen que son unos “sinvergüenzas” en la calle, mientras otros se cuidan por su familia, aunque el tránsito es “pesado” y de noche están “regalados” ante la inseguridad.
Leonardo trabaja en una fábrica de pastas de Pocitos, en una empresa tercerizada que le vende los servicios a dicha industria. Su régimen de trabajo es de 8 horas cortado, de jueves a domingo. Indicó a Ultimas Noticias que el tránsito es “cansador” y “estresante”. Además, agregó que continuamente tiene discusiones con los “tacheros” y los ómnibus que “salen sin mirar y no se dan cuenta que estamos ahí”, protestó.
Por su parte, Iván realiza la misma tarea en una pizzería de Ellauri y Avenida Brasil en el centro de Pocitos. “Esto es un desastre”, aseguró a Ultimas Noticias. “En esta esquina hay más de tres o cuatro accidentes por mes”, agregó convencido. Iván es delivery por “necesidad” ya que no encuentra otro empleo. “En cuanto pueda me rajo”. aseguró el joven quien reconoce que en la calle “somos todos unos sinvergüenzas”.
“Hace dos semanas un colega mío tuvo un accidente, iba bien y un auto se lo llevó puesto, el tipo nunca tocó el freno”, relató Iván quien indicó que el horario más difícil es después de las 21 horas. “Es cierto que andamos con rapidez y nos metemos a contramano por la vereda”, reconoció.
“Aunque, claro, con cuidado”, acotó con una sonrisa pícara. “Lo importante es llegar con la comida caliente”, afirmó.
Marcelo es cobrador durante el día y hace entregas nocturnas para una pizzería de la calle Ejido, frente a la Intendencia de Montevideo. Lleva cinco años trabajando en la calle y aseguró que está “muy complicado” porque los pedidos aumentaron y el tránsito también. “En la calle me cuido mucho porque tengo familia”, aseguró a Ultimas Noticias, “pero hay mucha gente regalada que va a contramano como si nada y conozco a varios que se han accidentado”, agregó. Marcelo aseguró que en el tránsito a la moto nadie la respeta.
Trabaja para una empresa tercerizada de 20.00 a 1.30 y le pagan por hora, además de la propina. “Sacamos un sueldo y un viático, nos matamos sacando pedidos”, indicó. Con sus cinco años en la calle Marcelo entiende que lo que falta es seguridad, al igual que el resto de sus colegas entrevistados entienden que andan “regalados” en la noche, sobre todo en la Ciudad Vieja y Palermo. “No ves un policía ni de remedio” aseguró.
Por otra parte, Fernando hace 9 años que trabaja repartiendo mercadería en la calle. Al principio lo hacía por su cuenta, pero aseguró que desde su contratación hace tres años por pizzería de renombre, se siente más tranquilo. “El tránsito es muy malo y de noche es más complicado por la falta de seguridad”, afirmó.
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