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viernes, 4 de febrero de 2011
puros golpes
Turbas de golpeadores que apoyan al presidente Hosni Mubarak atacaron a reporteros, extranjeros y activistas, en tanto el ejército arrestó a periodistas extranjeros. También fueron agredidos turistas latinoamericanos, mientras la Jihad Islámica exhorta a los egipcios a seguir la lucha.Hasta el momento los enfrentamientos entre los manifestantes cerca de Tahrir han dejado un saldo de ocho muertos y cientos de heridos. La revuelta también ha provocado la partida de un millón de turistas extranjeros en los Hasta el momento los enfrentamientos entre los manifestantes cerca de Tahrir han dejado un saldo de ocho muertos y cientos de heridos. La revuelta también ha provocado la partida de un millón de turistas extranjeros en los últimos nueve días, lo que le ha costado 1.000 millones de dólares al país, informó el vicepresidente Omar Suleiman.
El primer ministro egipcio, Ahmed Shafiq, solicitó al ministro del Interior que no obstaculice las manifestaciones programadas para hoy en lo que fue definida como la "Jornada de la Partida", informó anoche la televisión pública egipcia. En la protesta, organizada por los llamados "Jóvenes de la Revolución", se prevé que manifiesten en El Cairo más de 1 millón de personas para pedir la renuncia del presidente Hosni Mubarak.
Hay que destacar que Shafiq dijo a la televisión estatal: "Pido disculpas por todo lo que sucedió ayer porque no es lógico ni racional".
Por su parte, ayer Mubarack expresó en una entrevista con la cadena ABC que tiene la intención de retirarse del poder, pero agregó que no lo puede hacer por temor a que el país se suma aún más en el caos. También culpó de la violencia a la Hermandad Musulmana, opositora del régimen.
"Estaba muy molesto por lo que pasó ayer", señaló Mubarak a la periodista Christiane Amanpour. "No quiero que los egipcios luchen unos contra otros".
Ha causado gran indignación en las últimas jornadas que el gobierno hizo correr versiones de que eran extranjeros los que alimentaban los disturbios y apoyaban a las decenas de miles de personas que desde hace 10 días exigen la partida inmediata de Mubarak, el líder supremo de este país desde hace casi tres décadas. "Cuando hay manifestaciones de esta magnitud, vienen extranjeros a aprovecharse y les interesa elevar la energía de los manifestantes", dijo el vicepresidente Omar Suleiman en una entrevista por la televisión estatal. En Washington, el vocero del Departamento de Estado, P.J. Crowley, condenó lo que llamó "una campaña concertada para intimidar a los periodistas internacionales en El Cairo".
Grupos de partidarios del gobierno apalearon a los periodistas extranjeros en las calles aledañas a la céntrica Plaza Tahrir, el epicentro de las protestas.
Las fuerzas de seguridad detuvieron a decenas de reporteros del Washington Post, el New York Times y otros medios. Un periodista griego fue apuñalado en una pierna y un fotógrafo fue golpeado en la cara por atacantes que destruyeron parte de su equipo. La red de televisión panárabe Al-Arabiya pidió al ejército que defendiera a sus oficinas y periodistas y Al-Yazira anunció ataques a dos de sus periodistas. La Policía militar allanó las oficinas de un grupo egipcio defensor de los derechos humanos y detuvo a ocho integrantes de Amnistía Internacional y uno de Human Rights Watch, denunciaron estos grupos. La anarquía, que había cedido desde el fin de semana, volvió a extenderse. Un gran supermercado en el suburbio de Sheikh Zayed estaba en llamas y saqueadores lo estaban despojando. También ardía un edificio junto a un hotel de cinco estrellas con vista al Nilo. Además, se registraron incendios en el suburbio de Shubra, al norte, dijeron las fuentes oficiales, que hablaron bajo la condición de anonimato.
El primer ministro pidió disculpas por los ataques de los simpatizantes del régimen a los manifestantes antigubernamentales en el centro de El Cairo, prometiendo iniciar una investigación para determinar quién es el responsable. Los manifestantes prodemocráticos acusaron al régimen de enviar una fuerza de matones pagados.
FIRME CONDENA
La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, condenó "firmemente" los ataques contra periodistas y contra opositores pacíficos en Egipto. Clinton reiteró el reclamo al gobierno de El Cairo de iniciar lo antes posible la fase de "transición ordenada y pacífica". Más tarde, el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, habló con su par egipcio, Omar Suleiman, y le reiteró el mensaje expresado por el presidente Barack Obama a Hosni Mubarak por un respeto en Egipto a los derechos universales del hombre.
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