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viernes, 27 de agosto de 2010

los 33 andinos

Atrapados cientos de metros bajo tierra, 33 mineros, barbudos y demacrados, transmitieron un mensaje impactante de fuerza, organización, confianza y hasta humor, en un video filmado con una cámara enviada a través de la pequeña perforación que constituye su nexo con la superficie y su línea de vida.

Los mineros, atrapados desde el 5 de agosto, bromearon, saludaron, mostraron la organización que se han dado, enviaron emotivos mensajes a sus familias, y trataron de tranquilizar a todos, insistiendo en que están bien, seguros de que saldrán.

Ese día "¡ Vamos a a armar una tremenda fiesta!", dijo uno de ellos, arrancando aplausos y risas de los demás.

Sólo dos o tres de ellos se quebraron al saludar, y dos pidieron "sáquennos luego de aquí". Varios enviaron mensajes religiosos.


No todos se identificaban al hablar. Sólo uno pidió, "comuníquense con la empresa por lo de la plata porque hay cosas que pagar".

El video de 45 minutos fue exhibido íntegro a los familiares que acampan cerca de la mina, y una versión reducida se hizo pública.

"Estamos tranquilos, porque los vimos sanos, contentos, alegres", dijo a la televisión estatal Carlos Yáñez, que vio a su hermano Claudio en el video. "Ellos nos dieron una lección, tienen tanta fuerza".

Otro familiar, una joven que no se identificó y que tiene a su hermano en la mina de cobre y oro San José, 800 metros bajo tierra, dijo que notó había una foto de una mujer desnuda pegada a una pared.

"Pero esa no es no es de mi hermano", aseguró.

Los mineros quedaron atrapados por un derrumbe y el gobierno ha dicho que su rescate demorará hasta cuatro meses, luego de cavar una perforación con una máquina gigantesca que empezará a operar el fin de semana.

A los mineros no se les dicho eso con exactitud, pero en el video quedó claro que lo saben, cuando el trabajador Mario Sepúlveda, que actuó como una especie de guía frente a la cámara, dijo que están organizados y preparados para esperar "lo que sea necesario".

Sepúlveda presentó a varios de los mineros y describió las instalaciones en que sobreviven, que incluyen dormitorio, casino y sala de juegos, donde aprecian las fichas de un improvisado juego de dominó.

"Acá también planificamos, oramos", agregó Sepúlveda.

Aseguró que se reúnen frecuentemente, y que las decisiones se toman por consenso.

No faltaron las bromas. En un momento se escuchó la voz de un minero que decía, aludiendo a un colega: "Este no quiere que lo rescaten porque va a tener que bañarse".

Pero Sepúlveda y otros dejaron en claro que ya no tienen problemas de aseo, con los elementos que se les envían desde la superficie. Sepúlveda mostró "nuestro desodorante, pasta dental y esta reserva de agua".

"El problema más grave que tenemos es la humedad", dijo, y explicó que por eso han armado plataformas de madera y desplegado camillas que había para emergencias, para no dormir en contacto con el suelo.

Sepúlveda y otros se esforzaron por levantar el ánimo a sus familiares y a quienes trabajan frenéticamente por acelerar el rescate. Varios dijeron que pueden ayudar desde las profundidades del desierto.

Las autoridades han centrado sus esfuerzos en recuperar a los mineros a través de las estrechas perforaciones, hidratándolos y alimentándolos de manera gradualmente más fuerte, preparándolos para la larga espera.

"Este es el ánimo que tratamos de mantener", dice Sepúlveda cuando se acerca el fin del recorrido y de la filmación. "Estamos contentos, seguros, porque en este país hay gente grande, con poder, y con la tecnología actual pronto nos tendrán fuera".

Terminó invitando a todos a cantar la canción nacional, que se escucha vibrante y potente, seguida de vivas a Chile y a los mineros.

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