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sábado, 29 de mayo de 2010

vino añejado


De forma inesperada, una segunda pericia caligráfica descartó que la ex policía que estaba siendo indagada por haber escrito la tarjeta que acompañó la botella de vino envenenado que mató a Cecilia Fontana de Heber en 1978 haya elaborado la esquela.

Por eso, a pedido del fiscal Juan Gómez, la jueza Gabriela Merialdo ordenó la libertad de la mujer, aunque seguirá siendo investigada, ya que existen indicios que la involucran con el episodio de las botellas de vino envenenado enviadas a los dirigentes nacionalistas Luis Alberto Lacalle, Carlos Julio Pereyra y Mario Heber.

Fontana era esposa de Heber y madre del actual senador Luis Alberto Heber. Pocos días después de que la botella llegara a su casa, la mujer la abrió y bebió un trago. Murió de forma casi instantánea.

El director de Policía Técnica, Roberto De los Santos, en una pericia que entregó el jueves a la jueza Merialdo, dio absoluta seguridad respecto a que la ex policía indagada fue quien escribió la esquela con la que se envió el vino que mató a Fontana.

Sin embargo, ayer, a pedido de la magistrada y de la defensa de la ex policía, el perito calígrafo y actual subjefe de Policía de Montevideo, Washington Curbelo, entregó un informe contrario al de De los Santos y descartó absolutamente que la mujer indagada haya escrito la nota.

Según fuentes del caso, Curbelo cuestionó severamente la calidad técnica del informe elaborado por De los Santos, ya que, según su visión, tomó en cuenta sólo elementos parciales.

Las pericias presentan una importante dificultad: la comparación de la caligrafía de la mujer indagada se realiza entre las esquelas que acompañaron las botellas y escritos realizados por ella actualmente, pero no se dispone muestras escriturales que haya elaborado en la época de los hechos, indicaron las fuentes.

JUNTA Y EXTERIOR. Ante la existencia de informes contradictorios, la jueza Merialdo resolvió que se conforme una junta de peritos del Instituto Técnico Forense (ITF) del Poder Judicial para que analicen las pruebas y confirmen una de las dos pericias.

Además, y a pedido del denunciante, Carlos Julio Pereyra, está previsto que un experto calígrafo europeo estudie el caso, dijeron las fuentes.

Sin embargo, el envío de las pruebas al perito extranjero dependerá de lo que establezca el ITF en su informe y si queda algún tipo de duda sobre su contenido.

MISTERIo TRAS 32 AÑOS
A fines de agosto de 1978, los dirigentes nacionalistas Luis Alberto Lacalle, Carlos Julio Pereyra y Mario Heber recibieron cada uno en sus domicilios una botella de vino blanco Riesling, que estaban acompañadas por una esquela manuscrita que expresaba: "El 31 al mediodía brindaremos por la Patria en su nueva etapa".

El 5 de septiembre, Cecilia Fontana, esposa Heber, abrió la botella, bebió un trago y murió. El vino había sido adulterado con foxdrín, un insecticida.

La dictadura no investigó el hecho y se limitó a indagar en el entorno de las víctimas. Tras la apertura democrática, tampoco se lograron avances ni en el ámbito de la Justicia ni en la comisión parlamentaria que indagó el atentado.

En 2007, Carlos Julio Pereyra pidió la reapertura del caso, convencido de que se trató de atentado ideado por el gobierno de facto para eliminar a la cúpula del Partido Nacional en momentos en que se buscaba una salida democrática

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