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martes, 19 de enero de 2010

salvemos a haiti

El puerto de Labadee es el feudo privado de la empresa norteamericana de cruceros Royal Caribbean International en Haití, protegido por fuerzas de seguridad privada y custodiado por altos muros.

Los pasajeros de la Royal Caribbean llegan tres veces por semana a este paraíso perdido, que cuenta con parques acuáticos, playas privadas y restaurantes lujosos de todo tipo.

A pesar de la devastación sufrida por Haití, los cruceros siguen llegando a esta playa haitiana. Desde el terremoto, dos cruceros dejaron a sus turistas en la playa de Labadee, tomando sol mientras la comunidad internacional se esfuerza por asistir a los cientos de miles de personas damnificadas al otro lado del muro.

Hoy martes llegan a Haití los viajeros del Liberty of the Seas, uno de los navíos más grandes del mundo, indiferente a la situación internacional.

Vale acotar que algunos pasajeros se mostraron asqueados por la decisión de la empresa de seguir con las visitas a Haití, pero los dueños de la Royal Caribbean permanecen firmes.

El vicepresidente de la compañía, John Weiss, alardea haber donado "sillas y colchones que nos sobraban" al hospital improvisado que intenta tratar a los miles de refugiados que huyeron, informa El Mundo.

Cynthia Martínez, portavoz de la empresa, intentó compensar el desliz de su jefe al mencionar ayudas más sustanciales: los cruceros transportarán unos 100 palets de ayuda alimentaria en cada visita a la isla, y la empresa prometió un millón de euros en ayudas humanitarias.

"Entendemos que puede ser controvertido ofrecer una estancia vacacional tan cerca del epicentro del terremoto, pero dadas las necesidades económicas de Haití consideramos que nuestra presencia ahora es más necesaria que nunca, especialmente para los habitantes que empleamos a nivel local", declaró Martínez a El Mundo.

La Royal Caribbean gastó en los últimos años 55 millones de dólares en el desarrollo del complejo privado de Labadee.

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