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martes, 5 de enero de 2010

EL ERA...... EL GRANDE : SANDRO (1945-2010)


Quise poner este articulo ,con todo respeto en honor , al mas grande ídolo de América ROBERTO SANCHEZ ,(SANDRO).pido disculpas por el titulo de la web y la definición. pero en este mundo hubo , hay y habrán héroes , y Sandro era uno de ellos Después de 45 días de trasplantes e intervenciones, el Gitano que conquistó varias generaciones falleció tras de dos operaciones críticas en menos de 24 horas. El artista será velado hoy en el Congreso de la Nación Argentina.

Es la crónica de una muerte anunciada, aunque en el caso de Sandro la presunción científica más certera parecía retroceder ante reacciones que bordearon el milagro. Pero a un mes y medio de realizado el transplante de pulmones y corazón, el proceso infeccioso que una y otra vez golpeó al ídolo hasta provocar el shock séptico (una infección generalizada) que apagó su vida a las 20.40 de ayer. Tenía 64 años.

Tanto sus colegas como sus "nenas" -así llamaba a sus fanáticas-, sabían que entraba en una fase más que crítica y desde las 5 de la tarde comenzaron a reunirse frente a la casa del Gitano en el barrio porteño de Banfield para realizar una cadena de oraciónSandro era plenamente consciente de que el daño final se lo había causado él mismo, tras haberse convertido en un fumador. Decía que por eso no tenía derecho a pedirle a Dios un milagro, y con la misma convicción se volvió en un decidido militante antitabaco.

La misma que manifestó desde que padeciera la compleja operación para sustituirle pulmones y corazón en un hospital de Mendoza, optimizando un proceso de recuperación muy difícil sobre todo porque en pacientes de su edad, 64 años, no es habitual que se practique ese tipo de solución quirúrgica.

Pero era la última carta y Sandro quiso jugarla, incluso con el sueño de volver a cantar. Durante varios días, pidió que no se le practicara traqueotomía, ya que la maniobra podría terminar afectando sus cuerdas vocales, esas que habían permanecido con envidiable frescura y que resistieron hasta 2006, cuando grabó el disco de recitados Secretamente palabras de amor (para escuchar en penumbra). "Para cantar se necesita aire y yo no lo tengo, pero puedo demostrarles a todos los que están en mi situación que se puede", dijo a la salida de uno de sus últimos conciertos.

A pocos meses de la muerte de Mercedes Sosa, la música argentina y latinoamericana pierde a otro referente e ídolo, emergido en los años `60 dentro de un romanticismo menos festivo que el de algunos colegas del Club de Clan y mucho más intencionado en el uso de una poética susurrada que en otras voces podría haber sonado demasiado cursi. Una de las condiciones para reconocer un ídolo es la capacidad que tiene para despertar el credo más genuino en amplios sectores de la sociedad. Y Roberto Sánchez lo había conseguido, con la perseverancia que mostró ya en la adolescencia cuando imitaba a Elvis Presley y luego en los tempranos años en que formó parte de grupos como Los de Fuego.

Pero lo mejor que Sandro ha tenido ha sido su admirable manejo de la ficción y la realidad, del misterio y de la cercanía, de la verdad y la mentira a la hora de crear una estrella. En definitiva, de su sexto sentido para haberse convertido en lo que ha sido: un artista completo.

De las calles de Valentín Alsina, su barrio natal, hasta el propio estadio Maracaná, al show de Ed Sullivan o al Madison Square Garden (fue el primer artista latino en cantar allí), Sandro cultivó una carrera que tuvo espacio no sólo en los escenarios sino también en la televisión y el cine, donde tuvo una racha de películas a través de las cuales el mito se expandió. Fue además de los primeros artistas que entendió que la clave de la longevidad estaba en la reinvención permanente: del rock al que nunca quiso dejar de pertenecer a la balada romántica, y de ahí a la poesía.

Su contribución artística incluso trascendió la realización personal: en los años setenta abrió La Cueva, punto clave del ambiente artístico emergente por donde pasaron Miguel Abuelo, Lito Nebbia y Tanguito, simples bohemios que terminarían sentando las bases de ese fenómeno llamado rock argentino.

Dicen que cuando terminaba el recital y se apagaban las luces, Sandro se convertía en Roberto Sánchez, el hombre que decía haber inventado al personaje que le dio fama, fortuna y el cariño de toda Latinoamérica. Ayer, durante las transmisiones, todos sus colegas y amigos sostenían que incluso en las horas más bajas, Sandro desprendía como podía la alegría de sus canciones. Una de las más populares se llama Una muchacha y una guitarra y dice: "No quiero que me lloren cuando me vaya a la eternidad, quiero que me recuerden como a la misma felicidad; pues yo estaré en el aire, entre las piedras y el palmar; estaré entre la arena y sobre el viento que agita el marEl recuerdo, de las "nenas", los tributos y el carisma de un ídolo que ya se extraña
"Yo tengo un pacto con las nenas. El secreto es que cuando ellas me empezaron a venir a ver tenían 20 años, y yo también". Así hablaba Sandro de la relación entre él y su incondicional grupo de fanáticas que traspasaba generaciones y que llenó cualquier sala donde se presentara (en 1993 volvió al ruedo con 18 presentaciones agotadas en el Luna Park). Un séquito que además siempre respetó la privacidad de su búnker de Banfield, ese por el que asomaba cada 19 de agosto para recibir el cariño, los gritos y algún que otro lanzamiento de ropa interior, algo que se volvió un rito característico de sus apariciones.

De todas las "nenas" fue Olga Garaventa, su secretaria de toda la vida, la mujer que se volvió el gran amor del cantante, después de años de romances con otras mujeres y una fama de play boy debida a partes iguales a la realidad y a la leyenda. Con ella se casó en 2007, cuando su salud comenzaba a flaquear y llegaban algunos de los reconocimientos más importantes. Dos años antes, Sandro había recibido el Grammy Latino a la Trayectoria, uno de los tantos premios que prueban que el apodo "Sandro de América" no era un simple nombre artístico que quedaba bien.

Tal vez por su talento, por su origen popular al estilo de las grandes leyendas argentinas o por esa condición de ídolo tan propia de los años 60, Sandro gozó durante casi toda su carrera de la la aceptación de todos los ambientes musicales. A comienzos de esta década, muchos de los mejores representantes del rock argentino como Divididos, Los Fabulosos Cadillacs y León Gieco grabaron Tributo a Sandro - Un disco de rock, en el que también participaron los colombianos de Aterciopelados y los mexicanos de MolotovEl cariño en el recuerdo del gitano
"Todos creíamos que `Robert` era inmortal, que esto no iba a pasar nunca. Todos estábamos convencidos de que lo iba a lograr. Primero que nada fue mi ídolo, y luego fue un colega increíble. Tenía un estilo único, y eso catapulta a un cantante, un tipo al que podías reconocer con apenas escucharle la voz. Yo creo que después de Gardel, Sandro es el último ídolo indiscutido de la Argentina". (Susana Giménez)

"Fue un hombre con un coraje impresionante. Maravilloso", lo definió la actriz Soledad Silveyra, quien compartió varias películas con el cantante. "El me cuidaba mucho. Había amigas paquetas que decían que Sandro era mersa, que era grasa escucharlo. Pero el siempre supo quién era su gente". (Soledad Silveyra)

"Yo lo voy a recordar con una sonrisa. Esto sólo se compara con la muerte de Carlos Gardel. Se ha ido un ídolo popular -enfatizó-. Estoy muy abatida. Me duele la cabeza y el corazón". (Mirtha Legrand)

"Me gusta recordar la gloria que él ha vivido a través del público. Es un artista que siempre mantuvo a su gente". (Violeta Rivas)

"El teléfono sonó y yo ya tenía un mal presentimiento. Lo siento profundamente porque lo he amado toda la vida como amigo, como artista y por buena persona. ¿Por qué perdemos a estas personas tan queridas?". (Estela Raval)

"Por su edad, este hombre estaba al límite para esta operación, pero igual la peleaba. La última vez que lo vi fue en Miami y ahí no lo vi más. Es absolutamente irreemplazable". (María Martha Serra Lima)

"Pensé que era invencible. Fue un hombre que hasta en la enfermedad fue un ejemplo. Como profesional era fantástico... un hombre con todas las letras. Estoy tristísima... pero mejor, debía estar sufriendo mucho. Lo que estoy seguro es que él quería vivir". (Teté Coustarot"Estamos consternados. Además de admirarlo como artista, también lo admiro como persona extraordinaria, como amigo. Era de esas personas que de repente te veía actuar en la televisión, en un show, y calculaba el tiempo en que llegabas a tu casa para llamarte y decirte cómo te había visto. Tengo el recuerdo inolvidable de una grabación que hicimos hace cuatro años. En una canción en la que el protagonista era él, que hablaba en primera persona. Se lo propuse y estuvimos una tarde entera extraordinaria. Ese día, los técnicos, la gente que filmaba recibió lecciones de cómo se comporta un artista de verdad. Fue también un luchador". (Jairo)

"Se nos fue un artista enorme y una persona muy linda. Alguien que vive muy bien, vive para siempre". (Graciela Borges)

"La ética, cordura y coherencia con que manejó su carrera son un ejemplo. Es uno de los elegidos. Para mí era un hermano". (Raúl Porchetto)

El País

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