Posiblemente algo más de la mitad de la ciudadanía desea un nuevo gobierno del Frente Amplio. Prácticamente todos los uruguayos desean un gobierno democrático, sin militares en el poder y sin guerrilleros en las calles.
Y el caso del Cr. Feldman preocupa a muchos ciudadanos, quizás en algunos casos lo suficiente para cambiar su voto, y para el próximo ballotage, cada voto cuenta.
¿Qué pensaba hacer Feldman con ese arsenal? Sin una base de pruebas, las teorías sólo quedan limitadas por la imaginación. Se ha mencionado que las armas son para vender a los narcotraficantes de Río de Janeiro, mientras que el Dr. Batlle las relaciona con el movimiento Tupamaro. Un tercero podría especular que una logia militar de extrema derecha, sintiéndose traicionada por los acuerdistas de Pacto del Club Naval (esto es, el Partido Colorado y el Frente Amplio), planean pasarse a la lucha armada.
Sin embargo, tenemos algunas certezas. El tráfico de armas es una subespecialidad del comercio, y el comercio siempre se mueve con las mismas reglas: Se debe vender para poder seguir comprando, hay que hacer rotar los inventarios, y al flujo de mercadería se le contrapone un contraflujo financiero. Entonces si el Cr.Feldman se dedicaba al comercio de armas, estas no pueden permanecer en depósito largos años y se debe poder rastrear en el sistema bancario un flujo de dinero de compras y ventas, ya que el Cr. Feldman no producía sus armas, y para vender debe comprar antes. Como en todo comercio, también hay un flujo de comunicaciones, teléfonos, e mails, etc. Si por el contrario el Cr. Feldman era un depositario de armas de otros, sean sus dueños Tupamaros o Militares, es factible que éstas permanezcan largos años sin moverse, y no haya flujo de dinero ni de comunicaciones. El dato dado por el Dr. Batlle (¿porqué nadie lo confirma o lo niega?) de que las armas estaban envueltas en diarios de hace 20 o 30 años abona esta tesis.
Mientras todo esto no se aclare, está pendiente el temor, evidentemente azuzado con fines políticos pero no por ello irracional, que relacione las armas con los Tupamaros y de ahí con el senador Mujica.
El senador Mujica tiene una firme opinión sobre los hechos pasados, y equivocado o no, ha tenido la entereza de mantenerla y explicarla repetidas veces. Nunca renegó completamente de su pasado guerrillero, mantiene que dadas las circunstancias vividas en su momento, fue una opción válida. Cree que no se pueden juzgar los hechos pasados con los criterios actuales, y que hay que esperar el juicio de la historia: “Esto se terminará de arreglar, cuando todos estemos muertos (Tupamaros y Militares)”, repite una y otra vez. Tanto es así que es conocida su renuencia a votar la anulación de la ley de caducidad, prefiere no juzgar porque no desea ser juzgado.
La posición del senador Mujica es principista, valiente, moralmente íntegra, y muy difícil de explicar. Y esta indefinición es la que llevará a algunos votantes a reorientar su voto, pues un candidato que no les habla “fácil” en cuanto a su pasado guerrillero y un arsenal de dudosa paternidad los deja muy intranquilos.
El gobierno, debería informar lo más ampliamente posible lo que se sabe de la investigación, si se trata de narcotraficantes, es preferible que se escape alguno que llegar a las elecciones en la incertidumbre. Es posible que si la información es amplia, veraz, verificable y muestra que el origen de las armas no son las guerrillas armadas del Uruguay, puedan tranquilizar a la población. Si esto no es posible, queda una solución, que un fino analista político como el senador Mujica seguramente ya la pensó. Si quiere asegurar el triunfo del Frente Amplio, debe renunciar y dejarle el paso al Cr. Astori. El Cr. Astori es mejor candidato que el senador Mujica, de la misma manera que el senador Larrañaga era mejor candidato que el ex presidente Lacalle. Si el senador Mujica da un paso al costado, asegura el triunfo del FA.
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