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miércoles, 5 de diciembre de 2012

prensa amarillista


Una de las últimas tapas del New York Post, en la que se ve a un hombre en las vías del subte, un tren que se acerca y la leyenda "Este hombre está a punto de morir", generó un debate en torno a las responsabilidades de los medios y el papel que deben cumplir los periodistas. El fotógrafo justificó su falta de asistencia al asegurar que pretendió alertar del peligro con el flash de la cámara.Una de las últimas ediciones del diario New York Post tiene una controvertida portada. Se ve a un tren del subte que se acerca mientras un hombre intenta salir de la vía, con el título "Arrastrado en la vía del subte, este hombre está a punto de morir". Efectivamente, el hombre murió arrollado segundos después de que se tomara la fotografía.
La tapa causó indignación y una gran polémica que se trasladó a las redes sociales. La mayoría de las críticas no apuntan contra el sensacionalismo del periódico -algo a lo que los neoyorquinos ya están bastante acostumbrados- sino a la actitud del fotógrafo, a quien le reprochan que haya tomado esa foto  en lugar de intentar salvar a la víctima.
La instantánea generó un debate en torno a cuál debe ser el rol de los periodistas en este tipo de situaciones, en las que muchas veces se da prioridad a las exigencias de la profesión.
El propio fotógrafo, R. Umar Abbasi, explicó un día después que él se encontraba demasiado lejos del hombre y que precisamente sacó las fotos para intentar que el flash de la cámara avisara al conductor del tren del peligro, para que parara antes.
El fotógrafo explica que vio al hombre caer en la vía, mientras por los altavoces se anunciaba la entrada del tren. Dice que echó a correr hacia él, disparando la cámara de fotos de manera automática, sin preparar las lentes, según una crónica de 20minutos.
Según Abassi todo ocurrió muy rápido, en unos veinte segundos. Había gente más cerca del hombre que él, y que sin embargo no acudió en su rescate. También contó que permaneció al lado de la doctora que intentó reanimarlo, ayudando a separar a la gente con el objetivo de tuviera espacio para actuar.
El fallecido es Ki Suk Han, un coreano de 58 años que iba a tomar el metro de la calle 49 en Manhattan, cuando un indigente comenzó a molestar a los viajeros en el andén.
Suk Han reprochó al sujeto por su actitud y entonces el hombre le dio un fuerte empujón que lo hizo caer a la vía, en el momento en que entraba un tren en la estación.

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