0+0 es igual a nada

Justo y amargo fue el empate en Jardines del Hipódromo. A ninguno lo dejó del todo conforme, ya que ambos necesitaban ganar. Danubio aun no ha sumado de a tres en el certamen, más allá de que con entrenador nuevo todavía busca funcionamiento y no parecía ser Peñarol el rival ideal para iniciar una racha de victorias. Del otro lado, el equipo del Polilla Da Silva volvió a dejar puntos en el camino y desaprovechó una buena oportunidad para acercarse a la punta.

Sólo en la primera media hora el partido se hizo movido, dinámico e intenso. El visitante fue el que propuso, pero el dueño de casa respondió en los primeros minutos y priorizó el arco de enfrente, aunque tomando recaudos. Con Richard Núñez como titiritero, inquietaron los franjeados pero sin obligar a Bologna a realizar grandes atajadas. Luego, se dedicaron a marcar, cubrir espacios y recuperar la pelota con Soria y Cayetano en gran nivel, e intentaron salir rápido de contragolpe pero fallando muchos pases.

Por contrapartida, en el otro arco sí era llamado a actuar Ichazo. Zalayeta se vistió de asistidor, jugando en posición de enlace por atrás de Olivera, y fue la usina generadora de fútbol amarilla y negra. En dos oportunidades tocó de espalda al arco para Estoyanoff, quien en menos de 10 minutos desaprovechó dos oportunidades claras definiendo cruzado y afuera. En la que iba al arco, otra vez con pase de Zalayeta para el mano a mano de Olivera, tapó el meta danubiano saliendo a atorar de manera notable.

El Lolo arrancó moviéndose por derecha y generando peligro, más allá de que generalmente terminó mal las jugadas. Cuando pasó a la izquierda perdió gravitación, ya que le llegó menos la pelota porque sus compañeros siguieron optando por el carril diestro, donde se ubicaba un muy impreciso Carlos Grossmuller. A la hora de la marca, cuando se desdobló Novick por derecha hubo problemas en la faja central, ya que Danubio buscó explotar la espalda de Cristóforo y por momentos lo logró. Por tanto, el Polilla mandó para el segundo tiempo a Nicolini en lugar del juvenil, y solucionó ese problema.

En la etapa complementaria no se vio nada del fútbol de los 45' iniciales. Ya ni Zalayeta generaba peligro, absorbido por Formiliano y Velázquez (de gran partido), ni tampoco cambió el panorama con la entrada de Gallegos por Grossmuller (de flojísimo rendimiento). Zambrana sustituyó a Zalayeta para buscar movilidad en ofensiva, y la respuesta de Carrasco fue mandar al joven Pessoa por Perrone y al brasileño Ney por Nicolás Díaz. Cuando lo fue a buscar Peñarol, quedó muy mal parado atrás y de contragolpe lo pudo ganar Danubio.

Zambrana quiso ser manija junto con Gallegos, buscando la espalda de los volantes danubianos, pero los dirigidos por JR no dieron ventajas atrás. Con el correr de los minutos el gol empezó a verse como una utopía, y el que estuvo más cerca fue el dueño de casa. Primero se lo perdió Núñez de cabeza, luego se lo impidió Bologna cerca del epílogo y por último falló Nei, para confirmar un resultado que no dejó contento a ninguno. Danubio sigue sin ganar y Peñarol no pudo achicar diferencias respecto de los líderes.