Es una paradoja que hoy estemos discutiendo dónde comenzó una derrota", expresó el intendente rochense Artigas Barrios este sábado en el patio de la Fortaleza de Santa Teresa. Varios miles de personas provenientes de todo el país se reunieron el sábado dentro y fuera del recinto, disfrutando de una larga jornada de actividades artísticas y culturales, cerrada a lo grande con una inédita representación de los hechos de 1811.
Esta fue la primera manifestación de la identidad oriental", expresó Artigas Barrios, intendente de Rocha, durante la realización de "Santa Teresa, donde nació La Redota". En los alrededores de la antigua fortaleza, se realizaron actividades artísticas y una espectacular reconstrucción de la quema del caserío y comienzo del Éxodo.
Convencionalmente, se suele señalar el cruce del Río Santa Lucía como el inicio del Éxodo del Pueblo Oriental. Sin embargo, no faltan voces que afirman que el histórico peregrinaje comenzó en el caserío vecino a la fortaleza rochense. Huyendo del invasor lusitano, los habitantes de dicho poblado prendieron fuego a sus modestas viviendas, cargaron algunas de sus escasas pertenencias y partieron a encontrarse con Artigas.
"De por el este, de entre las dunas de Maldonado, los esteros de Merim, los palmares de Castillo, las quebradas de San Miguel y Santa Teresa, los pantanos de Lazcano, sobre las costas del mar, o entre las sierras de las Ánimas, ya habían empezado a llegar antes de marcharse el ejército del sitio, gentes con tropillas por delante, ganados cansados, carretas llenas de trastos o destartalados carretones, desde que oyeron apurar el vocerío sibilante de los portugueses que se colaban por las fronteras. Fueron tal vez ellos los primeros que pensaron que debían marcharse a alguna parte", se lee al respecto en la clásica biografía de Artigas del historiador Jesualdo.
Barrios recordó que "La Redota" fue el nombre que en aquel entonces "los paisanos utilizaron para nombrar la derrota que sentían que habían sufrido", subrayando que en realidad, ese fracaso fue más bien una victoria. En ese momento aciago "estaba naciendo este país que hoy tenemos", indicó el intendente, enfatizando que el peregrinar de los desposeídos seguidores de Artigas "fue la primera manifestación de la identidad oriental, de ahí su gran valor".
El jefe departamental evocó con emoción a aquellos que "marchando hacia un futuro desconocido, construyeron sin saberlo un deslumbrante pasado, el que hoy celebramos".
A lo largo de la jornada se sucedieron espectáculos diversos en el patio de la fortaleza. En el rubro danza, destacaron los bailes realizados por jóvenes del grupo Lanza y Coraje, así como un impecable y criollazo Pericón Nacional a cargo de "Cruz del Sur", grupo de veteranos bailarines del balneario La Aguada. A su turno, el humorista y narrador criollo Abel Soria cautivó al público con su facundia y gracejo, virtudes compartidas por los payadores Juan Carlos López y Gabriel Luceno, también de la partida.
Sobre el atardecer, la acción se trasladó a un escenario montado en el exterior del recinto fortificado, donde se pudo disfrutar de varios espectáculos musicales, siendo el más aplaudido el de Jorge Nasser.
A la hora de de la puesta del sol, tuvo lugar el broche de oro de la jornada. Una salva de cañones sobresaltó al público y fue la señal para que el paraje viviera una vez más los hechos ocurridos hace 200 años.
Un grupo de actores caracterizados como paisanos del siglo XIX se congregó junto a un conjunto de ranchos de paja, construidos para la ocasión en el mismo lugar donde se alzara el pueblo original de Santa Teresa. Tras una sombría y breve deliberación, los pobladores dieron fuego a todos los ranchos y partieron hacia el noroeste, huyendo de las tropas portuguesas y procurando unirse al Jefe de los Orientales.
La representación fue seguida con entusiasmo por el público, así como el posterior desfile ecuestre a cargo de Blandengues, jinetes de grupos nativistas y aparcerías.
Fuentes de la organización del evento señalaron a Montevideo Portal que concurrieron a la festiva jornada aproximadamente cuatro mil personas, quienes pudieron disfrutar de los antedichos espectáculos, así como de una amena e instructiva visita al interior de la fortaleza, en cuya restauración y conservación se ha trabajado con notorio esmero.
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