viernes, 1 de julio de 2011

fue hace 95 años


No sólo la mano de Suárez sopla velitas el sábado. El 2 de julio de 1916, Uruguay goleó a Chile 4-0 en el primer partido de la primera Copa América, ganada en Argentina, donde ningún otro país fue campeón. En aquel partido, los trasandinos pidieron los puntos por entender que la celeste incluyó a dos africanos.
"Volveremos, volveremos. Volveremos otra vez. Volveremo' a ser campeones, como la primera vez", era el cántico de los uruguayos en Sudáfrica alentando a la celeste en el Mundial de 2010, en clara referencia al primer Mundial, el de 1930.

La misma canción mantiene su vigencia en esta Copa América 2011. Uruguay es uno de los países que, por historia, se permite soñar con ganarla en su 43ª edición. Desde su creación, en 1916, es el único que pudo consagrarse en Argentina: la primera y la última vez que los albicelestes fueron anfitriones.

Justamente en la vecina orilla se disputó la primera, bajo el nombre de Campeonato Sudamericano, con apenas cuatro participantes: el local, Brasil, Chile y Uruguay, siendo la celeste campeona.

El partido inaugural lo protagonizó Uruguay goleando a Chile 4-0 en el Estadio de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, con el arbitraje del argentino Hugo Gronda y ante 3000 espectadores. Fue el 2 de julio, 94 años antes de la mano de Luis Suárez contra Ghana.

En aquella goleada frente a los trasandinos, con doblete de José Piendibene e Isabelino Gradín, el hecho curioso fue que los chilenos reclamaron los puntos una vez consumada su derrota. Es que entendían que los morenos Gradín y el volante central Juan Delgado, eran africanos, cuando en realidad eran uruguayos con antepasados de África.

La celeste fue pionera en ese aspecto, siendo el primer país del continente con futbolistas negros en su plantel. No así Brasil, cuya máxima estrella, el mulato Arthur Friedenreich, era discriminado por el público en épocas donde sólo los blancos jugaban. Para poder hacerlo, debía usar harina de maíz sobre su piel para disimular el color y alisar su pelo rizado, hasta que recién en 1921 se popularizó en esas tierras el deporte rey.

En el debut ante Chile, Uruguay formó con Cayetano Saporiti (Wanderers); Francisco Castelino (Nacional) y Alfredo Foglino (Nacional); Jorge Pacheco (Peñarol), Juan Delgado (Central) y Manuel Varela (Peñarol); Pascual Somma (Nacional), Ángel Romano (Nacional), José Piendibene (Peñarol), Isabelino Gradín (Peñarol) y José Brachi (Nacional).

Gradín, nacido en 1897, comenzó a jugar con 17 años, y con apenas 19 fue goleador del certamen con tres conquistas. Luego, entre 1918 y 22, acumuló medallas de oro en torneos sudamericanos de 200 y 400 metros llanos, en Montevideo, Buenos Aires, Santiago y Río de Janeiro.

En el segundo encuentro, con victoria 2-1 sobre Brasil con tantos de Gradín y José Tognola, ingresaron José Vanzzino (Nacional) por Foglino (jugador y entrenador), y Tognola (Reformers) por Brachi. Ya en el último partido, que fue algo similar a una final, la celeste formó con Saporiti; Miguel Benincasa (River) y Foglino; Alfredo Zibechi (Peñarol) Delgado y Varela; Somma, Tognola, Piendibene, Gradín y Rodolfo Marán (Universal).

A Uruguay le servía el empate, ya que Argentina había igualado con Brasil. El cotejo estaba fijado para el 16 de julio, pero apenas cinco minutos se jugaron ese día. Las tribunas de madera de la cancha de Gimnasia de Buenos Aires quedaron chicas, y por invasión de público el encuentro se suspendió. No conformes con la postergación, los hinchas incendiaron las gradas, y al día siguiente hubo que jugar en el Estadio de Racing.

El 17 de julio igualaron sin goles, y así Uruguay fue el primer campeón de América, quedándose con la primera de las ocho copas que organizó Argentina. Los albicelestes repitieron los logros en 1921, 25, 29, 37, 46 y 59, y organizaron por última vez la Copa América en 1987, cuando la celeste dirigida por Roberto Fleitas obtuvo su 13ª corona continental venciendo 1-0 a Maradona y compañía en la semifinal con gol de Antonio Alzamendi, y repitió el score ante Chile en la final con derechazo de Pablo Bengoechea.

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