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sábado, 19 de marzo de 2011

lucha anti yanqui



Los empresarios quieren apertura de mercados, los sindicatos mejoras laborales, las ONGs respeto a los derechos humanos en Guantánamo y los indígenas brasileños también tienen sus reclamos: todos aprovechan la visita del presidente Barack Obama a Brasil para poner sus pedidos sobre la mesa. La economía y el respeto a los derechos humanos lideran las demandas.

La organización Amnistía Internacional ha pedido a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que aborde las detenciones en Guantánamo y pida la abolición de la pena de muerte en Estados Unidos.

Y la ONG Survival International le ha pedido a Obama que defienda a los indígenas guaraníes de Brasil. La ONG denuncia que esos indígenas están amenazados por el avance de las plantaciones de caña de azúcar, de la que Brasil produce el combustible etanol cada vez más consumido en Estados Unidos.

"Si no estoy de acuerdo con la lapidación de mujeres (en Irán), tampoco puedo estar de acuerdo con (que haya) gente presa toda la vida sin juicio", dijo la presidenta brasileña esta semana, en alusión a la cárcel de Guantánamo.

Las centrales sindicales brasileñas se unieron para pedirle a Obama el fin del embargo a Cuba y que interceda por los trabajadores estadounidenses afectados por restricciones de derechos laborales.

Los empresarios estadounidenses quieren acceso a las multimillonarias inversiones que Brasil abrirá en energía -incluídas las gigantes reservas petroleras descubiertas en alta mar- y para organizar el Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.

"Esperamos abrir posibilidades de negocios para las empresas, principalmente en dos áreas: infraestructura y energía", dijo a los periodistas Diego Bonomo, director del Consejo Empresarial Brasil-Estados Unidos.

Los empresarios brasileños quieren que Estados Unidos retire las barreras a productos como el etanol o el jugo de naranja, masivamente exportados por el gigante sudamericano. "Tenemos que defender la entrada de productos agrícolas en Estados Unidos", dijo el presidente de la Cámara Americana de Comercio Brasil-Estados Unidos, Gabriel Rico.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llegó este sábado a Brasil para una visita de dos días, que marca el inicio de una gira latinoamericana que lo llevará también a Chile y El Salvador con el objetivo de reforzar los lazos políticos y comerciales con la región.

Obama dejó su avión acompañado de su esposa Michelle y de sus hijas, Sasha y Malia, y seguidamente la comitiva abandonó la Base Aérea de Brasilia en un enorme convoy.

Este sábado, Obama tendrá una reunión con la presidenta brasileña Dilma Rousseff, con quien también compartirá un almuerzo de trabajo en la sede de la cancillería, y en la tarde participará de un encuentro con empresarios brasileños y estadounidenses.

El domingo, Obama estará en Rio de Janeiro, donde pronunciará un discurso al pueblo brasileño desde un tradicional teatro, y donde tiene previsto también visitar una favela.

Se trata de la primera gira latinoamericana de Obama desde que se reunió por primera vez con los presidentes de la región hace dos años en Trinidad y Tobago, durante la Cumbre de las Américas.

Allí prometió una nueva relación con la región, que quedó relegada durante el gobierno de su predecesor, George W. Bush.

"Siempre hemos tenido un vínculo especial con nuestros vecinos del sur. Es un vínculo que nace de una historia y valores comunes, y que refuerzan millones de estadounidenses con raíces en América Latina", señaló Obama en su discurso semanal radial grabado, divulgado en Estados Unidos la mañana de este sábado.

"Pero lo que está claro es que en una economía cada vez más internacional, nuestra alianza con estos países va a ser cada vez más vital, pues es una fuente de crecimiento y prosperidad, no sólo para el pueblo latinoamericano, sino también para el pueblo estadounidense", señaló.

La gira de Obama se desarrolla cuando dos crisis mayores concentran los esfuerzos de la diplomacia estadounidense: el accidente nuclear tras el tsunami y el terremoto de la semana pasada en Japón, y la rebelión y posterior represión de manifestantes por parte del régimen de Muamar Gadafi en Libia

"Algunos cuestionan cómo es que el presidente puede ir en este largo viaje a América Latina cuando hay tantas cosas sucediendo", pero "existen muchas razones por las que este viaje es tan importante en este momento", explicó el viernes la secretaria de Estado Hillary Clinton.

El propio mandatario resaltó en un editorial en el diario USA Today del viernes "el crecimiento impresionante" de América Latina y el potencial que esto significa para la economía estadounidense, que puja por reponerse de la peor crisis en décadas.

"Ahora exportamos más del triple a América Latina que a China, y nuestras exportaciones a la región pronto respaldarán más de dos millones de empleos aquí en Estados Unidos", remarcó Obama en su mensaje de este sábado.

Para Brasil, es la ocasión para reaproximarse a la primera potencia mundial, luego de un período de enfriamiento de las relaciones por las posiciones del anterior gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva sobre Irán.

Rousseff en cambio, muestra una posición más pragmática en política exterior, con una agenda que apunta a priorizar a Suramérica y a los grandes socios comerciales, China y Estados Unidos, y que toma distancia de Irán.

"La visita de Obama consagra una reaproximación entre los dos países", cuyas diferencias "se habían ampliado en los dos últimos años" por desacuerdos sobre la presencia militar de Estados Unidos en Colombia, la crisis en Honduras y por la relación de Brasil con Irán, dijo a la AFP Marcelo Coutinho, coordinador del Laboratorio de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Federal de Rio.

En Brasil, Obama tendrá "una muy buena oportunidad para empezar una nueva relación" con Rousseff, señaló por su lado su asesor para América Latina, Dan Restrepo.

"Brasil importa más productos de Estados Unidos que de ningún otro país", Chile tiene "una economía cuyo crecimiento genera mayor demanda de productos estadounidenses" y El Salvador -última etapa de su gira regional-, "promete crecer mucho, con el potencial de beneficiar a ambos países", explicó Obama en su audición radial.

El presidente, que conserva una alta popularidad en la región, conversará con sus contrapartes en los tres países sobre temas comerciales, energéticos, medioambientales y de seguridad ciudadana.

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