domingo, 6 de marzo de 2011
el sera manya
Después del gran triunfo ante Godoy Cruz, Diego Aguirre optó por darle descanso a algunos titulares, y durante 45 minutos le salió más que bien. El equipo jugó a gran nivel, tuvo volumen de juego y no necesitó de grandes desgastes de quienes habían sido figuras por la Libertadores.
Antonio Pacheco, más metido en la definición de las jugadas que en la gestación del fútbol, estaba participativo e inquietaba, aunque no tanto como Fabián Estoyanoff. El Lolo fue la gran figura del primer tiempo con desbordes por derecha y una versión similar al veloz y endiablado delantero que hace algunos años pedía titularidad en la selección.
Claro que encontró campo fértil, porque por su lado tuvo una muy mala noche Marcelo Martuciello, flojo en la marca y sin auxilio por parte de los volantes. Tal situación quedó de manifiesto en el primer gol, cuando Estoyanoff le ganó un balón que parecía perdido tras pelotazo largo de Torres, y habilitó a Pacheco que apareció solo por el medio para el 1-0.
Así, las buenas jugadas en la primera mitad se veían sólo por el lado de la América, ya que en filas papales el único que intentaba y complicaba era Jonathan Pérez. Por ese lado no hacía pie Alejandro González, de discreta actuación.
La obsesión de Peñarol de jugar siempre por la derecha quitaba participación a Matías Mier, el zurdo mediocampista que recibió muy pocas pelotas y fue sustituido a los cinco minutos del segundo tiempo bajo una cerrada ovación, merecida por cierto, debido a su gran rendimiento entre semana ante Godoy Cruz.
Peñarol dominaba pero empezó a hacer agua en el complemento. La dupla de volantes centrales ya no estaba firme en la contención, y los laterales tenían dificultades. El ingreso de Sebastián Palermo por Daniel Baldi le dio peso ofensivo al conjunto de Pablo Alonso, que llegó el empate a 15 minutos del final.
Un error de Sebastián Sosa, quien dio rebote en un córner que le iba a las manos, le permitió a Esteban Maga empardar las acciones. El partido se hacía protestado, producto de un arbitraje muy malo que se equivocó para ambos lados.
En el primer tiempo hubo un gol mal anulado a Matías Mier por una falta inexistente, luego se omitió un penal de Guillermo Rodríguez sobre José Varela y otro que le hicieron a Estoyanoff. En el complemento, existió una mano de Albín en el área aurinegra, y el primer asistente no la sancionó. Claro que tampoco fue pitada la infracción que llevó al lateral a tocar el balón con el brazo, por lo que la incidencia terminó en tiro de esquina. O era falta, o era penal. Luego, bajaron en la línea del área grande a Jonathan Pérez, pero la infracción fue ignorada.
Parecía que otra vez Peñarol perdía dos puntos, como ante Fénix, pero apareció nuevamente el capitán, de gran noche y con el babero puesto después del festejo con dedicatoria incluida a su hijo recién nacido. El Tony ejecutó notablemente un tiro libre, el balón dio en la base del caño y Guillermo Rodríguez estableció el 2-1 en el rebote. Pero no lo selló.
El que abrochó el 2-1 fue Sosa, con una tapada soberbia ante un remate de Ignacio Nicolini. El meta mirasol hubiera estado en el podio de las figuras de la cancha de no ser por el error en el gol, porque tuvo dos o tres atajadas muy buenas, que despertaron aplausos de una parcialidad que coreó su nombre antes de empezar el partido.
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