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miércoles, 7 de julio de 2010
estarán en la gloria
La bandera nacional. Las nueve franjas y el sol. Ondeando entre la multitud, pintada en los rostros. Un sentimiento de orgullo que ni siquiera el hecho de saber que Uruguay ya no será campeón puede borrar.
Con el pitazo final y los dientes todavía apretados otra vez, miles de uruguayos volvieron a ganar la calle. Pasaron unos minutos antes de que 18 de Julio volviera a llenarse de fervor. El tiempo que se necesitó para descodificar el 3 a 2, el verdadero sentido de una derrota. Y el comentario que iba y venía entre los hinchas: "¡Bien igual! Les apedreamos el rancho".
"Creo que está habiendo un fenómeno particular, importante, y es que estamos ante algo que logra unir a toda la población por encima de sectores, algo que está claramente representado en la bandera nacional que en general aparece sólo en los festejos", apunta el sociólogo y docente de la Facultad de Ciencias Sociales, Felipe Arocena, al reflexionar sobre el fenómeno "celestemanía". A juicio del académico este es un fenómeno "muy extraño", con escasos antecedentes en el país. "Podemos remitirnos a la dictadura, donde todos remaban para el mismo lado unidos contra una causa común", recuerda Arocena.
Un rasgo que, por cierto, no parece apreciarse en otros tramos de la vida nacional. "Lo que podemos ver, en general, es que por ejemplo los empresarios desconfían de los sindicatos y viceversa, los colorados de los frenteamplistas y así sucesivamente", considera.
En general ni Arocena, ni ninguno de los académicos y especialistas en distintas disciplinas consultados por El País se atreven a mensurar cuánto y de qué modo este fenómeno cambiará la realidad del país. En cambio, algunos como el sociólogo Arocena, sí advierten riesgos latentes.
"El mayor riesgo es caer en la utilización política, que es una tentación muy grande para los gobiernos. Ha ocurrido, sobre todo, en gobiernos autoritarios y en gobiernos comunistas", marcó Arocena.
El investigador señala que ha advertido ya el riesgo en los últimos días. "He visto algunos atisbos de gente, y no voy a nombrar porque no viene al caso, que aparece por ahí haciendo insinuaciones de este tipo", apunta. Y observa, en particular, que "el gobierno debería ser muy consciente de no utilizarlo como un rédito".
De todos modos, Arocena señala que el desempeño deportivo de la selección tendrá réditos para el partido en el gobierno: "es muy probable que el gobierno se vea beneficiado de esto", como efecto directo del fenómeno.
ACÁ Y ALLÁ. "Uruguay no va a pasar a ser noticia, ni a lograr que le compren más carne. Eso se termina, al mes se está pensando en otro campeonato".
El investigador y escritor Luciano Álvarez es categórico respecto de los efectos que la performance celeste tenga para la vida del país.
"Ahora estamos en el mapa informativo, siempre es una cosa circunstancial, y yo creo que esto no es demasiado importante", señala el especialista.
En cambio, el investigador académico cree que el desempeño de la selección sí es importante para el país mismo, para su gente. "Hay otros países que construyen sus leyendas en sus raíces coloniales, guerras y batallas, nosotros lo hemos construido sobre un deporte popular que ha marcado a todas las clases sociales más temprano que cualquier otro país de América Latina", explica.
A juicio de Álvarez este fenómeno puede reforzar el sentido de pertenencia de los uruguayos. "Lo que yo veo por primera vez es un cambio cultural muy importante, una alegría sana, no una alegría rencorosa", puntualiza el investigador.
Este sentimiento generalizado, estima Álvarez, puede verse reflejado en el crecimiento de un patriotismo "en el buen sentido" del término.
Basa su observación en la forma en que la gente, sobre todo los jóvenes, han salido a festejar cada instancia de la selección. De algún modo en estas expresiones populares "se está representando un país en el que vale la pena vivir", considera Álvarez. "Se vive sin tensiones, con franca alegría, es lo más franco que nos ha pasado en los últimos cincuenta años".
TARJETA DE VISITA. El abogado y periodista Antonio Mercader sostiene que, la imagen de los jugadores uruguayos es una carta de presentación.
"Cuando vemos jugar a los serbios, o a los eslovenos o a los ghaneses es inevitable que extrapolemos, en general, esa imagen a la idea que nos hacemos de cómo debe ser el país. No estoy diciendo que esto sea correcto, pero algo así es lo que pasa en todas partes y también con nosotros en el mundo en este momento", apunta.
En contrapartida, Mercader recuerda cómo repercutieron en forma negativa sobre la imagen del país algunos episodios del pasado. "Recordemos la recepción que tuvieron hace ocho años los jugadores australianos, con incidentes donde hubo hasta escupitajos. Eso recorrió el mundo y contribuyó a que se formara una imagen negativa del país", apunta.
En cambio, las actitudes de los jugadores y del técnico Óscar Tabárez, señala, han dejado buena impresión. "Incluso hasta cuando contestan en italiano, en inglés o en francés en las ruedas de prensa". (Producción: Déborah Friedmann)
Más efectos inmediatos en consumo interno
"¡Ulugüi!", gritan los chinos cada vez que pasan delante del pabellón uruguayo en la Feria de la Alimentación de Shangai. El presidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Luis Fratti, relató la anécdota a El País durante una nota. El jerarca lo destacó para demostrar de qué manera está influyendo el Mundial de Sudáfrica 2010 en los ámbitos más alejados.
No obstante, los expertos consultados son cautos. Advierten que el "factor celeste" tendrá mayor incidencia en el consumo interno en forma favorable.
"Lo que algunos trabajos han demostrado es que los eventos deportivos muy importantes, estos estados de alegría que generan, suelen estar acompañados de un aumento transitorio del consumo", apunta el economista Rafael Mantero, de la firma consultora CPA Ferrere.
De todos modos el economista subraya que estos impulsos de consumo no suelen estar ligados a decisiones trascendentes, como la compra de una casa o de un vehículo.
"Por más que Uruguay sea campeón, no imagino un aumento con años de duración, no creo que persista", señaló Mantero.
A su juicio podrán verse otros efectos asociados, como por ejemplo un incremento del crédito para el consumo. En cambio, Mantero señala que no ve "efectos muy grandes en otros agregados macroeconómicos, como inversiones". Sin embargo, estima que la sola presencia del país en los titulares mundiales no puede ocasionar otra cosa que no sean efectos positivos en el plano económico. "En este tipo de cosas, todo ayuda", sostiene.
Lo que dijo la gente en la plaza
MENSAJES
En la Plaza Cagancha, El País puso a disposición del público dos gigantescos rollos de tela celeste, de 50 metros cada uno, para que los hinchas uruguayos estamparan mensajes. La tela será entregada a la selección a su retorno.
Alegría
"Gracias Celeste por esta alegría". Firma: Mari.
Sueños
"Gracias por el sueño. Son un ejemplo de simpatía y ánimo". Firma: María.
Con humor
"Gracias por esa mano, Suárez". Firma: Panza.
Compromiso
"Creer es poder, si nos comprometemos todos a seguir el mismo camino".
Unidad
"Ustedes lograron esto: la unión del pueblo y la alegría. Gracias".
La palabra
"Gracias", la más usada.
"Sólo con el tiempo se valoró el logro"
"Siento un poco de frustración por el resultado, no lo voy a negar, pero creo que fue muy bueno lo que hizo Uruguay en este campeonato", comentó Ildo Maneiro a El País, el ex delantero celeste que estuvo en la selección que llegó al cuarto puesto en el Mundial de México 1970.
"Hubo una respuesta excelente de los jugadores que no habían debutado, de Cáceres, de Gargano", juzgó Maneiro. "Pero el segundo gol provocó un desajuste para Uruguay", consideró. De todos modos el ex jugador celeste consideró que "fue una derrota muy digna".
Maneiro confesó que fue inevitable, mientras miraba el partido, recordar aquellas lides de hace cuatro décadas y establecer comparaciones. "Me sentí muy consustanciado con este grupo", reconoce Maneiro y agregó que ello, precisamente, le trajo aquella otra escuadra a la cabeza: "Recuerdo que yo tenía la sensación de integrar un grupo muy poderoso".
De todos modos, Ildo Maneiro dice que sólo con el tiempo los uruguayos aprendieron a valorar el lugar conquistado en México.
"En aquel momento parecía que no era importante lo que se había logrado, sólo con el tiempo hubo como una revalorización", contó.
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