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lunes, 21 de junio de 2010

tierra e pueblo


Bolsos, materas, sobres de dormir y el aroma a ensopado que invadía cada rincón del gimnasio, eran la constante en el Platense Patín Club. Durante sábado y domingo el campo llegó a la ciudad como en tantas oportunidades, pero esta vez para delinear su estrategia de cara a la próxima negociación salarial. Alrededor de 80 delegados de todo el país se reunieron en el IV Congreso Nacional de la Unión Nacional de Asalariados, Trabajadores Rurales y Afines (Unatra) con la convicción de “plantarse firme” frente a las patronales.

Entre una larga lista de reivindicaciones, la asamblea aprobó por unanimidad la propuesta para reclamar un sueldo base para el sector de $ 10.500 que deberá concretarse en un plazo de tres meses. De lo contrario, la Unatra tiene definido comenzar con su plan de lucha que incluirá paros y movilizaciones a nivel nacional. “No tenemos que ir a negociar chirolas de tres y cuatro pesos. Si no logramos lo que queremos haremos paro sin miedo compañeros”, dijo un representante de la Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas (Utaa), mientras era respaldado con un fuerte aplauso. “Así como ellos (los patrones) dicen que no van a dar nada, nosotros no nos tenemos que bajar del caballo. No podemos temblar. Nos quieren dar un 1% y nosotros estamos pidiendo duplicación del salario”, arengó otro dirigente. En la actualidad si bien existen excepciones dependiendo de la actividad y de los beneficios particulares de cada sector, un trabajador rural recibe en promedio $ 4.800 al mes por 48 horas semanales de labor.

PARTICIPACIÓN

La preocupación por la mejora del salario no fue la única bandera que los trabajadores alzaron. Otro de los puntos sobresalientes en el que se hizo hincapié fue en la necesidad de incrementar la participación sindical. Según contaron a Ultimas Noticias algunos participantes del encuentro, “la falta de conciencia”, el “desconocimiento de los derechos”, y “el miedo a perder el trabajo” siguen siendo un obstáculo importante para la concreción de logros en el sector. “Somos pocos, hay 20 que luchan y 60 que nos miran por arriba del hombro. Tenemos que concientizar que sindicalizarse no es estar en contra del patrón”, contó a modo de ejemplo, Eloy Roldán, representante de los trabajadores arroceros de Treinta y Tres. La Unatra tiene en la actualidad 3.000 afiliados de las 120.000 personas que emplea el sector rural.

Las denuncias por persecución sindical no faltaron en el correr de la asamblea. “Nos están haciendo la vida imposible, pero no podemos aflojar”, comentó un trabajador, al tiempo que otro reclamaba por más apoyo desde el gobierno y desde el sindicato. “Todo muy lindo lo que discutimos, pero el gobierno tiene que apretar, sino nos van a seguir pisando la cabeza. A veces un obrero hace huelga o paro y el patrón viene y lo echa porque nadie lo apoya”, se quejó un asambleísta.

Otras de las reivindicaciones aprobadas incluyen la necesidad que se concrete el acceso a la tierra y la vivienda para todos los trabajadores rurales, la creación de una ley contra la extranjerización de la tierra, la instrumentación de un feriado anual pago para el sector como existe en otras áreas y el aumento de los controles en el cumplimento de la ley de 8 horas. Desde el gremio existe la convicción que a poco más de un año desde que la ley está vigente hubo progresos significativos, aunque se reconoce que su aplicación en todos los sectores por igual demandará un “largo proceso de tiempo”. Hay coincidencia en que la ganadería extensiva es la que mantiene las mayores dificultades porque se entiende que “perduran” formas de trabajo y de relacionamiento que el peón tiene “incorporadas” y que no las considera como “perjudiciales”.

“PALOS”, DISCUSIONES Y OLLA POPULAR

Durante la larga jornada de debate que comenzó sobre las 11 de la mañana con tres ruedas de trabajo y una asamblea general sobre las 15 dentro de la cancha del gimnasio, no faltaron los momentos de fuertes discusiones y de desconfianza hacia el Pit-Cnt.

Uno de ellos ocurrió cuando se planteó la posibilidad de poner las resoluciones del congreso en conocimiento del secretariado de la central, lo que despertó la inmediata reacción de varios trabajadores. “Lo que se resuelve acá es lo que se resuelve acá. Necesitamos la tierra para mañana. Si el Pit-Cnt nos apoya bien, sino seguiremos adelante por nuestra cuenta. No podemos seguir siempre en la misma”, afirmó un delegado sindical de Bella Unión.

A poco de terminar la reunión, los gritos volvieron a hacerse presentes. Esta vez cuando la representación salteña del Sindicato de Trabajadores del Arándano (Sitraa) le retiró la confianza al directivo Julio Silva que presidía la asamblea y amenazó con abandonar el encuentro.

La temperatura aumentó más, cuando salió al cruce el dirigente maragato, Segundo Rodríguez, que los acusó por no haber detenido las tareas en el paro general parcial que el Pit-Cnt organizó días atrás. Pero pese a las rispideces, hubo también espacio para la camaradería. A las 13 horas, cada uno de los participantes casi como en una procesión fueron llegando hasta la cantina donde aguardaban dos ollas de ensopado de lentejas. “Acá hay para todos. Hasta para el presidente”, bromeó uno de los dirigentes.

A esa hora de la tarde aún corría con fuerza el rumor que el presidente José Mujica, llegaría hasta el Platense para participar del encuentro y leer algunos puntos de la plataforma aprobada; visita que al final no se concretó.

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