miércoles, 2 de junio de 2010
bala perdida
Israel expulsó a cientos de activistas detenidos en la sangrienta intercepción de una flotilla que llevaba ayuda a Gaza, mientras otro barco cargado con ayuda humanitaria avanzaba hacia el bloqueado enclave palestino.
El gobierno israelí se veía confrontado a una fuerte presión internacional para investigar de forma "imparcial" el abordaje del lunes, que dejó nueve muertos entre los miembros de la misión y decenas de heridos, y para poner fin al bloqueo de la franja de Gaza.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, reiteró no obstante que el Estado hebreo mantendrá el bloqueo que impuso en 2007, tras la toma de poder del movimiento islamista Hamas en ese territorio.
"Abrir una vía marítima para Gaza constituiría un gran riesgo para la seguridad de nuestros conciudadanos. Por lo tanto, hay que seguir con el bloqueo marítimo", dijo el jefe de gobierno israelí. Los organizadores de la flotilla anunciaron por su lado que seguirán enviando barcos con ayuda para Gaza, pese a las advertencias de Israel de que impedirá a cualquier navío quebrar el bloqueo. Un barco irlandés, el "MV Rachel Corrie", se halla en ruta hacia Gaza.
La opinión pública israelí está dividida sobre la apertura de una investigación. Según un sondeo publicado el miércoles por el diario Maariv, 46,7% de las personas interrogadas dicen ser favorables a ella, y 51,6% consideran que sería inútil.
El grave incidente ha avivado además la enorme tensión que ya existía en Medio Oriente.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, calificó el miércoles de "terrorismo de Estado" el asalto israelí contra la flotilla y dijo que instaría al presidente estadounidense, Barack Obama, a tomar "decisiones valientes para cambiar la faz" de Medio Oriente.
Abas recibe el miércoles al emisario estadounidense George Mitchell, antes de su entrevista con Obama en la Casa Blanca el 9 de junio.
Entretanto, según la radio israelí 250 militantes de las 682 personas originarias de 42 países que estaban a bordo de los seis barcos de la flotilla estaban en vías de ser expulsión, al día siguiente de la expulsión de otras 45 personas.
Unas 120 personas, en su mayoría oriundas de países árabes, ya fueron llevadas en autobús a Jordania a través del puesto fronterizo del puente Allenby.
Además, 60 turcos deben ser repatriados en vuelos especiales desde Tel Aviv. Otro contingente de 70 turcos se encaminaba el miércoles de la prisión de Beersheva (sur de Israel) hacia el aeropuerto, según la radio.
Este proceso de expulsiones debería concluir el jueves, según la misma fuente.
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