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El acto comenzó puntual, duró una hora y hablaron solamente los candidatos de la fórmula. Otros, como José Bayardi y Lucía Topolanski, saludaron cortamente al público, que sobrepasaba las 2.500 personas.

Para los frenteamplistas, la jornada había comenzado a las 15:00, cuando desde diferentes puntos salieron (tanto en caravanas como en caminatas) para encontrarse a las 17:00 en 8 de Octubre y Belloni, en la plaza Huelga General.

A las 17:20, mientras algunos coreaban “¡Pepe, Pepe, Pepe!”, comenzó a hablar José Mujica. El candidato a presidente, empezó su discurso hablando de la unidad del partido, que está conformado por “un montón de sectores, que a la hora señalada somos uno. La bandera es un símbolo, nuestros cantos son un símbolo, nuestros números son un símbolo, pero el Frente sos vos, soldado anónimo que camina por las calles”.

El senador explicó que nada ha pasado porque sí. “Hace más de 50 años, los partidos tradicionales jugaron a la democracia y pisaron a la democracia para acomodar a la barra”. Ante esta situación, dijo, “el Uruguay construyó una herramienta política para hacerse cargo del destino de este país y demostró un grado de madurez admirable”.

Habló de la administración de Tabaré Vázquez, de la que destacó, entre otros, al Fondo Nacional de Salud (Fonasa), y la transformación tributaria. Sin embargo, recordó que “hay gente en bicicleta llevando un carrito de basura por las calles. Tenemos claras las deudas que tenemos por delante”, añadió. Por eso, continuó, “queremos un gobierno para seguir peleando y peleando. Para cumplir el sueño de los uruguayos: tener laburo seguro, rancho seguro, y poder educar a nuestro hijos mejor que nosotros”.

Piensa que Uruguay necesita aprovechar los recursos desperdiciados “para darle soluciones a las urgencias sociales. No todo se hace con presupuesto, hay que estirar al presupuesto para poder cubrir más, para poder hacer frente a más demanda. No podemos sentarnos en el cordón de la vereda a criticar y a esperar que algún día baje de los cielos alguna solución”.

Según él, quienes lo critican “nunca pasaron hambre, no vivieron años a mondongo ni cosa que se le parezca y lo dicen sentados en la matinée de algún boliche”. A ellos, “los sectores poderosos de este país”, le dijo que “si quieren una sociedad sana, tienen que darnos una mano en estas cosas”, a lo que una mujer del público gritó: “las dos, Pepe, las dos”.

Reiteró, como en otros discursos, que el pueblo blanco y colorado “no es el enemigo”, sino que son “futuros compañeros rezagados en el momento de llegar. Y cuando alguno te diga algún disparate, no te calientes y no te ofendas, da vuelta la cara y sigue tranquilo. Es cuestión de tiempo, es cuestión de tiempo”, indicó, entre aplausos de los presentes. Y continuó. “Que los viejos de arriba tiren cascotes y digan y ladren, mientras no se callen la boca, vamos en coche”, añadió.

Mujica hizo un trato con la gente. “Quedemos en ese pacto de no ofender al pueblo blanco ni al pueblo colorado, y estos días multiplicar el triunfo que es, a esta altura, inevitable”.

“Hoy vamos a ganar, está laudado. Se podrá discutir si ganamos la primera o si ganamos la segunda, pero ganar, ganamos”, aseguró el candidato, quien también señaló que inevitablemente habrá “tiempos de derrota, porque vivir también es perder”. En ese sentido, dijo que “si algún día dejamos de ser lo que debemos ser, y la historia nos derrota -porque por encima de los partidos están los pueblos-, no importa una caída, volveremos a empezar una y otra vez, compañeros. Derrotados son los que dejan de luchar”.

El senador emepepista cree que está llegando un nuevo Frente. “Es el nuevo proletariado, un proletariado que está haciendo sus armas, que nos trae un aliento de fuerza primitiva y que nos trae su demanda porque necesita politización, herramientas, desarrollo. Pero está ahí, acampando a la puerta de la historia. Es el aliento de los escalones más sometidos de nuestra sociedad que están apostando al Frente”.

Sin embargo, señaló que “no se puede gobernar una sociedad sólo con pobres, porque a los pobres todavía nuestras sociedades le han negado la capacidad de desarrollar esto”, dijo, apuntando con el dedo a su cabeza, “y eso es una deuda pendiente. La verdadera liberación está en el balero”, añadió.

Para él, “hay un nuevo Frente que se está amasando, de actitudes anónimas que se están lentamente liberando. Hay que tener ojos para verlo y corazón para sentir su aliento y su demanda”.

A ese nuevo Frente, “van a entrar nuevos pibes y nuevas pibas porque creen que la diferencia se viene acortando. Gente que levantará las viejas banderas, los nuevos brazos, cuando nosotros no estemos”.

Aprontá tu corazón

Por su parte, el candidato a vicepresidente del FA, Danilo Astori, dijo que “el día que creamos que hemos tocado el cielo con las manos, habremos dejado de ser frenteamplistas”. Explicó que en 2004, la gente decidió comenzar a cambiar la historia del Uruguay, que desde hacía 50 años estaba sin rumbo debido a la oposición, que va “de ajuste fiscal en ajuste fiscal”.

Señaló que “la falta de trabajo genera pobreza y la pobreza inseguridad. Que nadie se haga el desentendido, fueron las políticas económicas neoliberales de los ’90 las que nos dejaron en esta situación”. Por eso, “el Plan de Emergencia es innegociable”Sin embargo, recalcó que es necesario poner de uno mismo y crecer porque las políticas sociales “terminan agotándose en sí mismas”. Además, recordó que “por cada 100 pesos que se aumentó el gasto público, 95 fue en gasto social”.

Astori finalizó su discurso con dos propuestas muy aplaudidas: llevar el Plan Ceibal a toda secundaria e implementar planes de ayuda para las familias con mujeres solas a la cabeza. “Aprontá tu corazón para que siga brillando en nuestra patria el sol de la justicia y la libertad. ¡Que viva el Frente Amplio! ¡Que viva Uruguay! ¡Que viva el Uruguay esta noche más que nunca!”, dijo el senador, en alusión al partido entre Uruguay y Ecuador.

Cuando terminó de hablar, dos chicas hicieron entrega de una enorme bandera con los colores de la fuerza para unirla a la otra que se presentó el día del banderazo. “¡Qué bien se siente uno abrazado por esta bandera!”, exclamó el candidato.