lunes, 2 de mayo de 2011
después del 11/S
La operación, llevada a cabo por un comando especializado, fue planeada y realizada en el más alto secreto y el gobierno paquistaní no fue informado hasta después de que tuviera lugar, según altas fuentes en Washington y en Islamabad.
Las fuerzas militares estadounidenses en el mundo entero se pusieron en alerta por el peligro de atentados tras el espectacular anuncio, que puso fin a la obsesiva caza del hombre más buscado del planeta.
"Esta noche estoy en condiciones de anunciar a los estadounidenses que Estados Unidos llevó a cabo (este domingo) una operación que mató a Osama Bin Laden, el dirigente de Al Qaida, un terrorista responsable del asesinato de miles de inocentes", declaró Obama en un discurso solemne desde la Casa Blanca.
Bin Laden, nacido en 1957, murió en una casa muy resguardada en la localidad de Abbottabad, a unos 50 km de la capital paquistaní, explicó Obama.
La audaz operación duró unos 40 minutos y en ella murieron otras cuatro personas, dos correos de Bin Laden y un hijo del líder fundamentalista de origen saudita.
El cuerpo del jefe de Al Qaida fue sacado de la residencia en helicóptero y sepultado luego en alta mar, siguiendo los ritos musulmanes, informaron luego fuentes oficiales, citadas por medios estadounidenses.
"Un pequeño grupo de estadounidenses condujo el operativo con un coraje y una capacidad extraordinaria. Ningún norteamericano fue herido. (Las fuerzas especiales) tomaron la precaución de evitar víctimas civiles", explicó Obama con rostro sereno pero visiblemente complacido.
El comando que realizó la audaz operación, planeada durante meses, pertenece a las fuerzas especiales de la Marina estadounidense.
La planificación arrancó en agosto pasado, cuando el gobierno estadounidense obtuvo una pista probable del paradero del jefe de Al Qaida.
Durante meses, las fuerzas de inteligencia trabajaron intensamente para asegurarse de que el objetivo era con total seguridad el líder de Al Qaida, reveló Obama. El presidente autorizó finalmente la operación secreta el pasado viernes.
"Luego de un tiroteo, ellos mataron a Osama bin Laden y tomaron su cuerpo en custodia (...) Se ha hecho justicia", afirmó Obama.
La muerte de Bin Laden es "una victoria para Estados Unidos", reaccionó el ex presidente George W. Bush (2001-2009), cuyo mandato quedó marcado por los atentados en Estados Unidos del 11 de septiembre de 2001, que causaron la muerte a cerca de 3.000 personas en Nueva York, Washington y Pensilvania.
Estados Unidos lanzó una rápida guerra en Afganistán pocas semanas después de esos mortíferos atentados, que cambiaron irremediablemente el panorama geopolítico mundial.
Bin Laden no llegó a ser capturado durante esa guerra, que aún continúa, y la caza se transformó en una operación de largo aliento que movilizó a todas las fuerzas de inteligencia estadounidenses.
"La noticia de la muerte de Osaba Bin Laden es un gran alivio para los pueblos del mundo. Osama Bin Laden era responsable de las peores atrocidades terroristas en el mundo", declaró el primer ministro británico David Cameron.
La muerte de Bin Laden fue "un gran triunfo", aseguró el primer ministro paquistaní, Syed Yusuf Raza, a pesar de que su gobierno tuvo que reconocer que no sabía nada del operativo. Bin Laden "pagó por sus actos", afirmó por su parte el presidente afgano, Hamid Karzai.
La muerte de Bin Laden, un musulmán fundamentalista nacido en el seno de una rica familia saudita, no fue un ataque contra el Islam, precisó Obama en su discuso.
"Bin Laden no era un líder musulmán; era un asesino de musulmanes", subrayó Obama.
"Su muerte no marca el final de nuestros esfuerzos. No hay duda de que Al Qaida continuará atacándonos. Debemos seguir vigilantes, tanto en casa como en el extranjero, y así lo haremos", añadió.
El Departamento de Estado lanzó inmediatamente una alerta para todos los viajeros estadounidenses.
En Washington y en Nueva York, y en otras ciudades estadounidenses, se produjo una explosión de alegría.
"No he sentido nunca en mi vida una emoción igual", declaró John Kelley, un estudiante de 19 años en las afueras de la Casa Blanca. "Es algo que hemos esperado durante tanto tiempo", añadió.
"Los atentados cambiaron Nueva York, pero diez años después nosotros tuvimos la última palabra", explicó Monica King, de 22 años, en Times Square de Nueva York.
El dólar subió ante las principales divisas en el mercado de Tokio.
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