En tiempo de debate sobre la calidad educativa, el Liceo Jubilar “Juan Pablo II” aparece como un modelo a seguir, ya que el abandono estudiantil es cero y solo el 1,4% repitió. En el sistema público esa tasa asciende a 3,7% y 27,7%, respectivamente.En un solo centro, ubicado en Cuenca Casavalle, Montevideo, adolescentes y padres reciben la orientación y el apoyo que necesitan para continuar sus estudios de Ciclo Básico. El Liceo Jubilar “Juan Pablo II”, dependiente de la Iglesia Católica, atiende a 175 jóvenes, es decir, 35 alumnos por grupo.
El lema de lo que dejó de ser un liceo para transformarse en una casa de educación integral se basa en que “no tenemos en nuestras manos la solución a todos los problemas del mundo, pero ante los problemas del mundo tenemos nuestras manos”, de Mamerto Menapace, monje argentino. Ese es el espíritu de jubileo que se contagia desde que se ingresa al local, ubicado en Román Arana Iñiguez 5321, que al llegar los alumnos son recibidos con un beso como en una gran familia. Ayer, mientras Ultimas Noticias recorrió el centro, un grupo de ex alumnos ubicado en el patio realizaba una mermelada de uvas, que más tarde sería comercializada para costear los boletos estudiantiles.
Tras la reunión del Consejo de Ministros donde todas las autoridades educativas discutieron cómo mejorar la calidad de la enseñanza ya que las pruebas del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (Pisa, por su sigla en inglés) dejaron en evidencia los bajos resultados educativos de Uruguay, que ocupa el lugar 47 entre 65 países, el liceo Jubilar aparece como una alternativa a considerar.
De 138 alumnos que asistieron en 2010 a Jubilar, “ninguno desertó y solo el 1,45% repitió, es decir, dos estudiantes”, explicó la secretaria Cecilia Roselli. Mientras, en el sistema público esa tasa asciende a 3,7% y 27,7%, respectivamente, en un total de 112.664 estudiantes, según el Anuario Estadístico 2009.
La diferencia está en que trabajan “desde la pedagogía de la cercanía con el alumno el trato es muy cercano y familiar. Además, partimos de la fe y creemos en el ser humano y sus potencialidades”, aseguró a este matutino la subdirectora Dolores Buján. Aunque eso no es todo: la familia del alumno está presente, se tiene un integrante como referente desde el principio que también asiste al liceo para mantenerlo limpio, así como los propios jóvenes colaboran en forma rotativa.
Además de las seis horas curriculares, cuentan con tres horas más de talleres, de los cuales dos son obligatorios, que van desde recreación, rugby, danza, manualidades, belleza, guitarra, fútbol, entre otros. Además, en 1º se les ofrece clases de apoyo para nivelar el conocimiento aprehendido y en caso de alguna inasistencia se contacta con la familia.
Los alumnos asisten sin costo, ya que a través de padrinos y empresas solidarias financian los gastos de funcionamiento, además de talleristas que ofrecen su trabajo en forma honoraria. Pero la filosofía del centro no solo queda en la solidaridad, sino en “que uno tiene que ganarse lo que recibe”, expresó a Ultimas Noticias la encargada de Comunicación Inés Besada, por eso alumnos y ex alumnos hacen mermeladas o participan del programa Servicio Solidario, donde “los estudiantes descubren todo lo que tienen para dar”.
ADULTOS
Por primera vez, el Liceo Jubilar, además de otorgar educación a los jóvenes, brindará, en un régimen de libre asistencia, tutorías docentes a los padres de los alumnos para la culminación de Ciclo Básico en un año.
Al momento se inscribieron 80 personas, aunque su cupo es de 50. Asistirán entre las 18 y las 21 horas tres veces a la semana. Se trata del plan 2009, bajo una modalidad de libre tutorado. El equipo de docentes les brinda una tutoría en base a una orientación bibliográfica y técnicas de estudio, que luego cada estudiante deberá continuar en su casa.
María José Casiraghi, coordinadora del plan, expresó a este matutinoque se trata de “capitalizar la experiencia del adulto” y se pone énfasis en el currículum por competencias. De esa forma se interiorizan con 13 asignaturas, una en formato de taller -Formación Ciudadana-, y en un año egresan de Ciclo Básico. La evaluación se realiza en base a proyectos de trabajo que pueden abarcar una o varias asignaturas, donde se visualiza si el adulto incorporó los nuevos conocimientos a los que ya traía.
Al mismo tiempo, como caracteriza a esta institución, se los acompañará en su proyecto de vida y en el proceso de aprendizaje. Esta oportunidad nació de los propios padres, ya que el liceo para adultos más cercano queda a 40 kilómetros de donde viven.
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