lunes, 14 de marzo de 2011
un fantasma llamado hiroshima
Seiscientas mil personas fueron evacuadas tras el tsunami y el terremoto ocurrido en la isla el viernes pasado. Los daños en las tres plantas atómicas podrían desencadenar un nuevo Chernobyl. Ya hay cuatro personas internadas por los efectos de la radiación, más de diez muertos y cien mil desaparecidos. A la tragedia natural, la más grande en la historia de Japón, se sumó un nuevo problema que tiene en vilo a las autoridades niponas y a la Humanidad: la crisis nuclear. De hecho, en la central atómica de Miyagi se registró una radiactividad 400 veces superior a lo normal. Un portavoz de la empresa a cargo de las plantas en la zona aseguró que las mismas se encuentran en situación estable.
Los expertos creen que el viento podría haber arrastrado la radiactividad desde la provincia de Fukushima, donde varios reactores resultaron afectados tras el terremoto de magnitud 8,9 que este viernes azotó a la isla.
Los expertos dieron a conocer que la causa estuvo en una filtración interna en el reactor, seguida de una explosión por una aparente descompresión, lo que llevó a la fuga radiactiva. Según los datos proporcionados ayer, ya son cuatro los empleados internados con altos niveles de radiación. El hecho ameritó que se lanzara una alerta máxima en todo Japón, luego que las unidades 1 y 3 de la central nuclear de Fukushima -que tiene en total media docena de reactores- quedaron sin electricidad, lo que permitía refrigerar el reactor. Ahora, las voces se levantan contra los sistemas de seguridad nucleares que demostraron sus fallas.
Japón, con una alta densidad de población, es el tercer país del mundo por número de centrales nucleares (54), después de Estados Unidos (108) y Francia (58), y cuenta con su propio fabricante de reactores, Mitsubishi.
Ayer, el primer ministro japonés, Naoto Kan, dijo que el país enfrenta la peor crisis tras la Segunda Guerra Mundial, luego del sismo de 9,0 grados que sacudió el viernes a la nación, además de provocar un tsunami, dañando una central nuclear en la prefectura de Fukushima.
El premier dijo en una rueda de prensa transmitida en televisión que la situación respecto a la estación nuclear continúa en estado de alarma. Además, hizo un llamado a esfuerzos conjuntos para reconstruir el país. También, el jefe de Policía de la Prefectura de Miyagi dijo ayer que la cifra total de muertos por el sismo y el tsunami que azotaron el noreste y el este de Japón seguramente será mayor a 10.000 personas, mientras que millones de supervivientes permanecen sin agua potable, electricidad ni alimento adecuado, entre los escombros.
DESPLAZAMIENTO Y ALERTA EUROPEA
Sin tregua, la naturaleza parece haberse ensañado con Japón. La Agencia Meteorológica japonesa informó ayer que el volcán Shimoedake, ubicado en la isla Kyushu, al suroeste de Japón, arrojó cenizas y piedras hasta cuatro mil metros de altura, tras dos semanas de relativa calma y dos días después del devastador terremoto y el tsunami que azotaron el país.
El volcán, de 1.420 metros de altura, entró en actividad en enero pasado por primera vez en 52 años, pero desde comienzos de este mes no había registrado más erupciones.
Shimoedake está situado a unos mil kilómetros de la zona afectada por el terremoto, y hasta ahora no se sabe si el suceso tiene relación con la actividad sísmica que ocurre actualmente en la nación asiática. Las autoridades locales restringieron el acceso al Shimoedake, en los montes de Kirishima, donde hay unos 20 volcanes, y recomendaron evacuar a los habitantes más cercanos. Por su parte, el comisario europeo de Energía, Guenther Oettinger, convocó para mañana en Bruselas a una reunión de expertos que evaluarán los riesgos en las centrales nucleares del continente en caso de que se produzca una situación similar a la que afronta Japón.
Oettinger convocó a responsables de la seguridad nuclear en los países miembros de la Unión Europea, y autoridades de empresas que gestionan las plantas atómicas o venden tecnología a las centrales.
En tanto, según cálculos del Instituto de Geofísica de Estados Unidos, el terremoto habría desplazado a la isla principal del archipiélago, donde se ubica Tokio, unos 2,4 metros, lo que demuestra la magnitud de la catástrofe.
NIPONES PIDEN AYUDA A EE.UU.
Ante la catástrofe, Tokio solicitó ayer ayuda a Washington para desplegar fuerzas militares estadounidenses estacionadas en Japón, a fin de ayudar en los trabajos de rescate después del terremoto más fuerte registrado en el país, dijo el canciller Takeaki Matsumoto.
En conferencia de prensa, Matsumoto dijo que se había comunicado con el embajador de Estados Unidos en Japón, John Roos, para hacerle la solicitud. El ministro dijo que Tokio particularmente espera que las fuerzas estadounidenses en Japón brinden servicio de transporte para ayudar a las personas afectadas por este desastre.
Informó que, además de los Estados Unidos, han sido 23 países los que han ofrecido asistencia a Japón, entre ellos México y Chile incluyendo el envío de equipos de rescate y el suministro de provisiones y transporte.
Matsumoto señaló que su Ministerio ha confirmado que no ha habido daños significativos como resultado del poderoso temblor en las misiones diplomáticas extranjeras en Japón, excepto por pequeños daños en el consulado general de Corea del Sur en Sendai.
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