El partido fundado en 1994 por el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, Forza Italia, fue el resultado de negociaciones entre el Estado y la mafia, afirmó el testigo de un juicio contra el crimen organizado, Massimo Ciancimino, hijo del difunto alcalde palermitano, Vito Ciancimino, condenado por mafioso.
Ciancimino dijo que su padre se lo contó en 1994 y que, meses después, el capo de la mafia siciliana, la Cosa Nostra, Bernardo Provenzano, había amenazado a Berlusconi con agredir o secuestrar a uno de sus hijos si no ponía a su disposición los medios de comunicación de su grupo empresarial Mediaset. Provenzano habría transmitido su amenaza a través de un pizzino, mensajes en clave que intercambiaban los mafiosos, y que habría enviado tanto a él, que entonces también era primer ministro italiano, como a su mano derecha, Marcello Dell’Urti.
Según Ciancimino, su padre le explicó que “ese documento, junto con la inmunidad de la que gozó Provenzano”, era fruto de “una única negociación”, y que con ese mensaje la Cosa Nostra daba “un toque de atención” a Forza Italia, “para que volviera sobre sus pasos” y recordara “que el propio Berlusconi era fruto del acuerdo”, informó la agencia de noticias EFE.
Forza Italia dejó paso luego al actual partido de Berlusconi, el Pueblo de la Libertad, en el que se integraron otros grupos políticos. Un ex miembro de Forza Italia, Angelino Alfano, ahora ministro de Justicia, negó lo declarado por el testigo y dijo que el partido al que perteneció “nunca tuvo contactos con la mafia”. Señaló que está en curso un “intento de restar legitimidad” al gobierno de Berlusconi “siempre en primera línea en la lucha contra la Cosa Nostra”.
Por su parte, el ahora senador Dell’Utri acusó al testigo de “inventar todo y estar al borde de la locura”, amenazó con denunciarlo por difamación, y aseguró que Forza Italia no estaba en condiciones de ofrecer o negociar acuerdos de ese tipo.
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