lunes, 2 de noviembre de 2009

15 años sin debatir


Julio María Sanguinetti dijo a Montevideo Portal que en los debates “se muestran las características” de cada candidato además de confrontar temas importantes, en tanto Jorge Brovetto señaló que “es una instancia más” y quien lo solicita “se siente perdedor”.
Ambos protagonizaron junto a Tabaré Vázquez el último debate entre presidenciables hace 15 años. En 1994 se enfrentaron Juan Andrés Ramírez y Tabaré Vázquez en una instancia, y Julio María Sanguinetti y Tabaré Vázquez en otra. Este último encuentro fue moderado por Jorge Brovetto quien entonces era rector de la Universidad.

En comunicación con Montevideo Portal, Brovetto recordó aquel momento y dijo que había acuerdo entre las partes para hacerlo. Pero tanto por parte de Vázquez como por el lado se Sanguinetti se rechazaba la idea de que fuera un periodista el que mediara y finalmente se resolvió que fuera él, por su condición de rector de la Universidad.

Sobre la importancia del debate en sí mismo, aseguró que “es una instancia más que cada uno maneja de acuerdo a lo que le sea más conveniente”. Pero señaló que personalmente no está “ni a favor ni en contra” de ellos.

Además puntualizó que generalmente ocurre que quien solicita tener un debate “es el que se siente perdedor”.

Actualmente los partidos que pugnan el próximo gobierno, no alcanzan un acuerdo para llegar a esta instancia. Desde filas del Frente Amplio se propone un debate de a cuatro, esto es, entre las fórmulas presidenciales, idea que no es para nada compartida por el partido opositor.

Por el contrario, desde el Partido Nacional se sostiene que “el debate tiene que ser entre los candidatos a la presidencia” sencillamente porque “es el presidente y no el vicepresidente quien se encarga de tomar las decisiones sobre la política exterior, la política económica y las políticas sociales”Sobre esta trastienda, Jorge Brovetto apuntó que “se ha personificado la cosa, se ha individualizado”, refiriéndose a que la polémica mayor es entre los candidatos como personas y no entre las ideas de los partidos.

“Se ha entrado en temas personales y no creo que sea eso lo que le interese a la gente”, indicó y agregó que “interesa lo que va a pasar con su economía, con su salud, o con su educación”.

Dada la situación actual, “no lo veo como una cosa conveniente para la democracia que se produzca ese enfrentamiento entre personas”, concluyó.

Por su parte, Julio María Sanguinetti remarcó que “esta campaña ha revelado cierta falta de contenido” y por tanto “es importante confrontar temas que son trascendentes para la vida del país como la inserción internacional, las políticas en materia de educación o de seguridad”.

La instancia de un debate “es el momento en el cual se ven las responsabilidades” porque “un presidente muestra las características que tiene”, además de las ideas que impulsa.

Sanguinetti entiende que los temas a tratar en un posible debate “se pueden organizar” y la discusión no tiene por qué centrarse en los candidatos sino en las ideas.

Sobre la posibilidad de un debate entre fórmulas señaló que “no resultan tan fáciles de conducir y no son tan claros como los que se dan entre los propios candidatos”.

Finalmente recordó que en 1994 él era el favorito de acuerdo a las encuestas y a pesar de eso reclamó el debate a sus opositores.

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