jueves, 8 de octubre de 2009

deporte vs vagancia


Luis Alberto Lacalle y Jorge Larrañaga concurrieron al hotel Cala di Volpe donde Lara había reservado el salón Leonardo Da Vinci para el desayuno. Entre los ex jugadores estaban Alcides Ghiggia, Enrique Peña, José Herrera, Ruben Paz, Eduardo de la Peña, Anibal Montero Castillo y Amaro Nadal. Sobre la mesa había bocaditos, café, té, jugo de naranja y un cartel hecho en computadora con el nombre de cada uno de los participantes.

El evento lo abrió Lara, que agradeció a los ex futbolistas por ser sus "amigos” y expresó que se sentía “parte de ellos” aunque no haya llegado a ser profesional.

Lacalle tomó la palabra y expresó que considera que en Uruguay no se reglamentó ni se le dio jerarquía al deporte porque había intención “de que la gente joven estuviera mal entretenida” en lugar de “bien entretenida”. “Y me hago cargo de mis palabras”, aclaró.

El candidato a presidente por el Partido Nacional consideró que “no hay mejor ataque al tema de la pasta base, al vagoneteo, a la barrita jodida, que ponerse una camiseta y que un liceo compita contra otro”. Dejó claro que, en caso de llegar al poder, creará el Ministerio de Deportes, Educación Física y Recreación, separado del de Turismo. “Le damos al deporte un valor regenerativo y rehabilitante tremendo y se va a concretar separando los ministerios, pero tiene que contar con ustedes que son ídolos, ejemplos, figuras a las que se miran hacia arriba”, señaló.

En ese momento Larrañaga lo tomó del brazo y dijo que si Lacalle le permitía “colaborar un poquito”, quería agregar que “el brazo del Estado es corto y la pregunta es cómo hacemos para que sea más largo y pueda llegar a más lugares. En el deporte lo podemos hacer con organizaciones sociales, deportivas y clubes”. El candidato a vicepresidente manifestó que “se ha ido perdiendo lo que antes nos juntaba, que era la escuela pública, y el deporte sigue siendo el gran igualador social”

Lacalle invitó a los ex jugadores “para la eventualidad” de que le “toque conducir el país”, aunque aclaró que si gana el Frente Amplio, va “a plantearle estos temas porque Uruguay vive una emergencia social”.

Cuando todos los ex jugadores miraban sin participar, el ex futbolista Heber Revetria, empleado de la empresa Tenfield y amigo personal de Lara, habló imprevistamente y postuló a su amigo. Revetria, quien estaba sentado frente a Lacalle, pidió que Lara fuera el ministro de Deportes. “Todos los que estamos acá somos ex deportistas y hemos acompañado acá porque Julio fue el de la idea. A pesar de que no jugó ha sido parte de un grupo de deportistas y tiene pensamientos más o menos como el que tenemos nosotros”, dijo Revetria.

La respuesta de Lacalle fue categórica. “No le puedo adelantar nombres. Lo que sí le digo es que el mejor ministro de Salud Pública no tiene por qué ser médico y el de Agricultura por qué ser ingeniero agrónomo”, expresó y dejó claro que va a poner “una persona que confiemos, que los veamos con las pilas puestas y que sea joven”. Después del trancazo, Revetria no volvió a abrir la boca. Lara sí volvió a hablar. Dijo que el futuro ministro de Deportes tendrá que contar con “un grupo consultor en el que estén representadas todas las áreas”. También señaló que “acá fuimos todos a esperar a Wynants cuando vino con la medalla de oro, pero cuando tuvo que hacer la colecta para comprar la bicicleta ninguno estaba. Y así sucesivamente”. Nadie le corrigió que el ciclista ganó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000.

Lacalle también habló de que se construirá “un centro de alto rendimiento para poder decir 'faltan cuatro años para las olimpíadas', busquemos quienes pueden mojar” y de “la pensión de los jugadores”. “Es un tema difícil, hay que meterle mano”, dijo.

Ghiggia participó para decir que este “es un país que vive el momento y que después se olvida. ¿Cuántos jugadores hay que están dentro de los clubes que defendieron? Son contados. Es un país difícil este”.

Lacalle y Larrañaga se levantaron una hora después de comenzado el desayuno porque debían atender otros asuntos. “Nosotros nos quedamos hablando” dijo Lara. Antes de irse, un fotógrafo los formó como un equipo de fútbol.

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