viernes, 24 de julio de 2009

Revolucion zelayista



El derrocado presidente hondureño Manuel Zelaya ingresó simbólicamente este viernes a su país, donde lo aguarda una orden de arresto, y tras unos pocos minutos retrocedió dos pasos hacia Nicaragua, comprobó una periodista de AFP.

Zelaya cruzó la frontera hacia las 17.25 de Uruguay en el paso fronterizo en Las Manos, custodiado por decenes de militares en ropa de combate y con sus escudos, mientras millares de sus seguidores desafiaban el toque de queda impuesto al mediodía por el gobierno de facto de Roberto Micheletti.

El derrocado jefe de Estado permaneció unos minutos unos centímetros más allá del límite, sin avanzar al puesto migratorio, y luego retrocedió de nuevo hacia Nicaragua.

Enfundado en un traje estilo vaquero y con su inseparable sombrero, Zelaya llegó a la frontera en un jeep blanco, escoltado por una larga caravana de vehículos, en su mayoría de la prensa, y permaneció durante hora y media en la tierra de nadie entre ambos puestos migratorios.

Poco antes de su simbólico y fugaz regreso a Honduras, desde donde fue expulsado en pijamas la madrugada del 28 de junio, Zelaya había dicho a AFP que lo primero que haría al ingresar sería "llamar al diálogo y hablar con la gente" ya que es "un hombre de paz".


La llegada de Zelaya a la frontera fue transmitida por las cadenas internacionales de televisión, pero la prensa hondureña la ignoró y mantuvo su programación regular.

La Policía Nacional hondureña había advertido que si Zelaya llegaba a Honduras, sería detenido, cumpliendo una orden de captura emitida por la Justicia, que antes de su derrocamiento le imputó 18 delitos, entre ellos, traición a la patria. Hay "un plan estratégico para darle cumplimiento a esa mandada (orden) por el Poder Judicial", declaró el director de la Policía Nacional, el comisionado Salomón Escoto, en rueda de prensa en la Casa Presidencial en Tegucigalpa.

Desde el mediodía estallaron incidentes a unos 10 km de la frontera, cuando policías antimotines arrojaron gases lacrimógenos a los manifestantes pro Zelaya, algunos de los cuales respondieron con pedradas.

Desde temprano los seguidores de Zelaya se habían quejado de la prohibición de marchar hacia la frontera dispuesta por el régimen. "Es injusto que los soldados nos repriman, sabiendo que ellos también son del pueblo", declaró a AFP Karen Palencia, dirigente del gremio de profesores de educación media.

El gobierno sufre un creciente aislamiento, sin que ningun país lo haya reconocido.

El miércoles fracasó la mediación del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, que había propuesto la restitución de Zelaya al poder, una amnistía y que no se buscase reformar la Constitución para permitir la reelección (algo que había impulsado Zelaya).

Los presidentes del Mercosur exhortaron este viernes a la restitución de Zelaya y reafirmaron que "no reconocerán a ningún gobierno que surja de esta ruptura inconstitucional".

La tensión llevó a Estados Unidos, que impulsó la mediación de Arias, a insistir en sus reclamos de una solución negociada. "Nuestra recomendación a ambas partes es aceptar el plan de Arias y avanzar", dijo el portavoz del departamento de Estado, Philip Crowley.

También el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno Miguel Insulza, salió al ruedo e instó al régimen de facto a aceptar un acuerdo. "Es una confrontación que no se sabe hasta cuándo va a durar", dijo el titular de la OEA, organismo que suspendió al régimen hondureño por violación de la Carta Democrática.

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